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Eva, la abuela del bebé fallecido en un incendio de Granada, pide auxilio: "Cuando desperté en el hospital me dijeron que había muerto"
Hace poco menos de un mes, Eva Santiago perdió a su nieto de tan solo 10 meses en el incendio de su vivienda, que quedó completamente calcinada
Junto a su casa perdió todas sus pertenencias y ahora pide ayuda para recuperar su vida y encontrar un lugar en el que vivir con sus dos hijas menores
Muere un bebé de 11 meses tras el incendio en una vivienda de Granada
La mañana del pasado 23 de diciembre truncó la vida de Eva Santiago para siempre. Una estufa, un incendio y la mala suerte acabó con la vida de su nieto, de tan solo 10 meses: "Solo recuerdo que intenté salvarle, que me quemé y que cuando desperté en el hospital me dijeron que había muerto", cuenta la abuela con la voz entrecortada.
Su memoria ha borrado los peores momentos. Los testigos contaron después que el pequeño falleció cuando su madre intentaba ponerlo a salvo de balcón a balcón, momento en el que cayó al vacío. "Ojalá me hubiera pasado a mí, esto es imposible contarlo con palabras", repite constantemente.
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Aquel día, Eva estaba sola junto a su hija mayor y el bebé. Por suerte, sus otras dos hijas, de 17 y 15 años, durmieron fuera. Nada quedó a salvo. "No tengo ni un solo recuerdo del niño", ni documentos, ni ropa, ni enseres: "Lo he perdido todo".
Sigue viviendo en el mismo edificio
Ella y su familia se han quedado en la calle y ahora sobreviven gracias al techo que les presta un sobrino de forma desinteresada: "Él tiene familia y yo no quiero molestar", porque allí ahora conviven todos juntos.
Se da la circunstancia de que esta casa se encuentra en el mismo edificio donde se produjo la tragedia, solo dos plantas más abajo. El olor a quemado todavía persiste y "la casa se nos cae encima". Cada día el recuerdo les golpea en la cara, apenas son capaces de subir las escaleras que les hace revivir aquella pesadilla.
Piden ayuda para salir adelante
No han recibido ayuda, ni psicológica, ni económica, por eso ahora Eva ha decidido sacar fuerzas para pedir auxilio. "Yo soy una buscavidas, trabajo de lo que sea", dice esta joven abuela que a sus 42 años ha vivido de todo.
Ha trabajado como limpiadora, en la aceituna o en lo que surgiera, pero ahora está desempleada. Necesita un nuevo techo donde poder empezar de nuevo y donde olvidar que un incendio se lo arrebató todo.
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