El juez ha puesto en libertad con cargos al detenido por los disturbios de anoche ante una comisaría en Sevilla, donde un grupo de personas se concentraron en protesta por la actuación policial horas antes, cuando un hombre, natural de Senegal, que vendía camisetas en las calles de la ciudad, murió tras arrojarse al río cuando huía de los agentes. Informa Rafael Gómez.
Según han informado a EFE fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), el titular del Juzgado de Instrucción 20 de Sevilla ha puesto en libertad al detenido sin medidas cautelares, investigado por presuntos delitos de atentado, daños y lesiones.
La detención se produjo cuando amigos y conocidos del fallecido se concentraron ante la sede policial y arrojaron distintos objetos contra la misma provocando la rotura de cristales y enseres, con dos agentes heridos y un detenido entre los concentrados.
Los hechos que desencadenaron este suceso se produjeron sobre las 16:20 horas de este domingo, cuando agentes de la Policía Local encargados de la vigilancia por el dispositivo especial de Navidad localizaron a un hombre senegalés de 43 años que se dedicaba a vender camisetas de deportes, quien ante la presencia policial comenzó a correr, según ha informado el Ayuntamiento de Sevilla.
Los agentes trataron de calmarle porque estaba en un gran estado de nerviosismo y a escasos metros del río, pero el hombre se lanzó al agua, donde mostró movimientos evidentes de incapacidad para mantenerse a flote.
Los dos agentes se arrojaron al río para tratar de rescatarle, algo que fue imposible, ya que se sumergió y no volvió a salir a flote.
La Unidad de Rescate Acuático del servicio de Bomberos envió al lugar dos embarcaciones y buceadores, que consiguieron localizar el cuerpo y le practicaron maniobras de reanimación en la embarcación durante 45 minutos, aunque los facultativos de Emergencias Sanitarias certificaron su defunción.
La Policía Nacional se ha hecho cargo de las diligencias, quedando a la espera de la comparecencia de la Comisión Judicial.
Desde el Sindicato de Manteros de Sevilla, su responsable asegura que la víctima se arrojó al río al sentirse acorralado por los agentes, "tirarse al río era la única salida. No huía por nada, solo quería salvar su mercancía."
También aseguran que el fallecido era "residente legal" y lo califican como una persona "humilde y responsable, padre de una hija". Desde hacía tiempo se dedicaba a vender camisetas de fútbol en la avenida de la Constitución, en el centro de Sevilla".
El representante sindical explica que el fallecido "tiró primero la mercancía y después se tiró él", y que "el cansancio de la persecución hizo que se ahogara". Según sus compañeros, "ellos tienen temor a que les quiten la mercancía porque les cuesta muchísimo trabajo volver a ahorrar algo de dinero para comprar nuevos productos para revender".
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