La historia se repite en las carreteras de la provincia de Huelva: un caballo deambulaba suelto y sin vigilancia en una vía de Almonte. Un problema que se repite de forma constante en la misma zona en la que, hace poco más de 8 meses, una joven perdía la vida en un accidente de tráfico.
Fuente Clara Cabrera, una joven de 25 años, fallecía de madrugada cuando su vehículo se topaba con dos mulos en la carretera que une Rociana del Condado con Bonares. Desde entonces el problema persiste.
Este mismo fin de semana, la Policía Local de Almonte ha tenido que actuar ante la llamada de varios vecinos. Un equino andaba a sus anchas en la A-483, cerca de "Manecorro". Cuando los agentes llegaron al lugar señalado por los testigos, comprobaron que el animal estaba suelto y que mostraba evidencias de haberlo estado durante toda la noche.
Tras pasar horas cruzando de un lado a otro de la carretera, con el peligro que ello supone, el caballo se quedó tranquilo junto a las marismas. Los agentes pudieron controlarlo, identificarlo y ponerlo al cargo de la asociación ganadera de la zona.
La Policía Local de Almonte ha pedido, mediante sus redes sociales, la colaboración ciudadana para evitar poner en riesgo la seguridad viaria de todos.
Dejar animales sueltos o pastando en los entornos naturales de las carreteras onubenses suponen un peligro real para todos los vehículos que circulan por la zona.
En esta ocasión no hubo que lamentar ningún siniestro, a pesar de que se trata de una vía bastante transitada, ya que lleva hasta la zona de la playa de Matalascañas.
Se da la circunstancia de que, hace tan solo unos días, el propio padre de la joven fallecida en accidente de tráfico por este motivo, denunciaba públicamente la presencia de más caballos sueltos en la carretera. Además, en esta ocasión, los equinos estaban muy cerca del lugar donde su hija perdía la vida el pasado mes de abril.
No es la primera vez que José Antonio Cabrera denuncia una situación parecida. Desde que su hija perdiera la vida, vive inmerso en una lucha constante para evitar que algo parecido vuelva a ocurrir.
De su mano se encuentra la Asociación El Burrito Feliz, que desde hace tiempo se encarga voluntariamente de retirar animales de las carreteras. La pasada semana, Luis Bejarano, presidente de la asociación, grababa con su propio teléfono como dos caballos paseaban de madrugada sin ninguna atadura: "esto es un caos, es un potro sin castrar, suelto, es un peligro", dice sorprendido de comprobar que el problema sigue existiendo.
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