Un hombre ha sido condenado a 17 años de cárcel después de haber sido declarado culpable de matar a cuchilladas a un sacristán. El suceso ocurrió en febrero del 2021 en la localidad de Alcalá la Real (Jaén).
Este caso, que recuerda al del crimen del sacerdote Antonio López, se produjo a las puertas de la Iglesia de la Consolación. Allí solía estar el acusado, de 36 años, ya que era mendigo, según detalla la sentencia, a la que ha accedido Europa Press.
Emitida por la Audiencia Provincial de Jaén, indica que se le castiga por un delito de asesinato con alevosía, algo que ya expresó en su veredicto el jurado popular de forma unánime, el 5 de noviembre.
Se determinó que su enfermedad de trastorno de la personalidad que padece el hombre "no le impidió comprender la ilicitud de sus actos ni le produjo alteración alguna de sus capacidades volitivas y cognitivas" a la hora de los hechos.
Además, "ejecutó el ataque de una manera totalmente inesperada, de forma sorpresiva" y la víctima "no tuvo opción alguna a la posible defensa o huida". El jurado avaló las tesis del Ministerio Fiscal y rechazó aplicar cualquier tipo de eximente o atenuante.
Justo antes del crimen, el sacristán le pidió que "se colocase la mascarilla facial obligatoria en aquella época, o en caso contrario, se abstuviera de acceder a la iglesia". Este fue el origen de la "venganza" del acusado.
Se abalanzó sobre el monaguillo, que tenía 53 años y presentaba cierto grado de discapacidad psíquica. "Comenzó a darle múltiples golpes y puñetazos" para después sacar "una navaja que llevaba guardada entre su ropa".
Entonces, le "asestó numerosos navajazos" hasta el punto de que le alcanzó "en la práctica totalidad de su torso y en la cabeza, impidiendo que pudiera haber llegado a defenderse en modo alguno".
Sufrió "lesiones de tal gravedad que, globalmente consideradas, resultaron forzosamente incompatibles con el mantenimiento de la vida". La causa de la muerte fue un shock hemorrágico-hipovolémico como consecuencia de "las numerosas heridas ocasionadas".
La descripción de los testigos sobre el autor del asesinato llevó a las pocas horas a la detención del acusado. Desde entonces ha permanecido en prisión preventiva a la espera del juicio, incluso con prórroga de esta medida.
Quienes presenciaron el violento ataque declararon ante el juez que el hombre "estaba calmado". Sólo dejó de apuñalar a la víctima cuando le dijeron que iban a llamar a la Policía. Después, se marchó del lugar "andando y tranquilo".
A la pena impuesta se le suman otros dos años de cárcel, ya que el varón fue condenado ya en 2019 por apuñalar a un compañero de piso, a quien rajó la cara. Esta condena estaba suspendida a condición que no delinquiera en los dos años siguientes.
Pero, como no ocurrió eso, deberá cumplirla. Además, el fallo le impone que, en concepto de responsabilidad civil, indemnice al hermano del fallecido con 40.000 euros. La sentencia no es firme y se puede recurrir.
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