Los policías de Córdoba que dejaron un mensaje en una pizarra de Paiporta regresan al colegio: "Ha sido muy emotivo"

Han pasado más de 50 días. Hay heridas que empiezan a cicatrizar. Hay apagones que se tornan a luz. Y hay silencios que han recobrado la vida. Como el del colegio Luis Vives de Paiporta. Un lugar que quedó silenciado por la tragedia, al que ahora ha vuelto el ruido.

Ese colegio sirvió, en los peores momentos de la devastación, de refugio para quienes fueron a ayudar. En las aulas de infantil y primaria de ese centro pasaban las noches, al resguardo, policías, bomberos, militares y demás voluntarios. Los niños lo saben, porque, entre otros motivos, hubo quien les dejó un mensaje en una pizarra.

"Todo va a salir bien", escribía Chari Verde, agente de Policía Local de Montilla, Córdoba, tras pasar su última noche en Paiporta. Junto a ella estaba su pareja, David Pino, también Policía Local, y experto en rescates con perros. Ambos pasaron tres noches sobre una manta, en el suelo de ese colegio.

David y Chari vuelven a Paiporta

El mensaje que dejaron en la pizarra de una clase de primaria dio la vuelta al mundo, como un gesto de esperanza. Con tiza blanca sobre la piedra de toda la vida les aventuraron que "pronto regresarían al cole", y así ha sido. Pero no solo los niños, ellos también han vuelto.

"Aún tengo la piel de gallina, ha sido muy emocionante", dice David emocionado. Lo que acaba de ver nada tiene que ver con lo que recordaba. Ahora, aquel refugio improvisado vuelve a tener vida, "queda mucho por hacer, pero ahora hay alegría".

Lo cuenta tras haber vuelto al colegio Luis Vives. Él y Chari han podio hablar con los niños que acuden a la clase donde ellos dormía. Porque el colegio ya ha abierto y los pequeños acuden a él cada día: "no pueden dar clases con normalidad porque no tienen ni mesas ni sillas", pero al menos salen de la rutina diaria.

Perros de rescaten les acompañan en la visita

Junto a ellos han viajado Vasko y Dogo, perros de rescate. En concreto Vasko les estuvo ayudando en las labores de búsqueda de desparecidos en Paiporta. En esta visita han sido la sensación de los más pequeños, que han podido acariciarlos y jugar con ellos: "hemos intentado aportar un granito de ilusión ante tanta devastación y tristeza". Y lo han conseguido.

Como agradecimiento, los niños tenían preparados mensajes en pancartas o alguna letras que les han podido leer en nombre de todos.

Siempre recordarán aquel mensaje lleno de esperanza e incluso alegría, que se escribió en un momento de terror. Ahora han puesto cara a aquellos policías que durmieron en su clase y que ayudaron de forma desinteresada a sus familias.

Ha sido un día especial en el colegio Luis Vives de Paiporta.

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