El joven, acusado de asesinar de un disparo a su novia, menor de edad y embarazada en la localidad sevillana de El Rubio, ha reconocido su crimen ante un jurado popular. El autor confeso del asesinato, ocurrido en 2023, ha asegurado ante la Audiencia de la ciudad andaluza, que sabe lo que hizo y que no tiene perdón.

Germán C.V. ha reconocido que mató a la víctima de "un tiro de escopeta". Según ha indicado en la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Sevilla, fue un "arrebato" como consecuencia de que estaba "todo el día tomando drogas y bebiendo alcohol" y esa noche ella no le "dejaba" salir a buscar más sustancias estupefacientes.

Germán C.V., a preguntas de su letrada, ha insistido en que comenzó a consumir drogas "desde los 16 años" y que en aquellos tiempos "tomaba 12 gramos de droga y una botella de alcohol todos los días", reconociendo que los hechos cuya autoría ha admitido "no tienen perdón de Dios". "Estoy dispuesto a pagar lo que he hecho", ha aseverado.

"En un arrebato cogí la escopeta y le pegué un tiro. No sé qué se me pasó por la cabeza. Sabía lo que estaba haciendo, pero no sabía dónde estaba", ha manifestado el acusado a preguntas de su abogada defensora, asegurando que está "muy arrepentido" y pidiendo expresamente "perdón" a la familia de la víctima, Elia, que tenía 17 años en ese momento.

El hombre, que se enfrenta a una petición fiscal de 42 años de cárcel por siete delitos, se ha mostrado arrepentido por lo ocurrido y ha pedido perdón la familia de la menor, cuyos padres han increpado al procesado a su entrada a la sala donde se celebra el juicio.

En su alegación previa, antes de que el joven, de 23 años, haya reconocido de forma expresa el asesinato y el resto de delitos de los que está acusado, el fiscal se ha referido a la relación "tóxica" que mantenían el procesado y su novia, a la que "dominaba y cosificaba" y a la que asesinó "a sangre fría".

El acusado y su víctima, de 17 años, llevaban apenas ocho meses de relación, pero aunque no existían denuncias, la familia de la menor y sus conocidos sospechaban que la maltrataba físicamente.

Fue la madre del acusado quien alertó a la Guardia Civil, pero el joven en un inicio, relató que había salido y al regresar se encontró muerta a su novia. Trató de hacer creer a los investigadores que la menor se había suicidado pero finalmente ha acabado confesando el crimen e indicando el lugar en el que había tirado el arma.  

En su escrito de acusación, el Ministerio Público reclama para el acusado, por un delito de asesinato, 25 años de prisión y los mismos años de prohibición de acercarse a familiares y allegados de la víctima o de comunicarse con ellos, mientras que también solicita un año de cárcel por un delito de malos tratos habituales en el ámbito de la violencia de género; un año de prisión por un delito de lesiones en el ámbito de la violencia de género; cuatro años de cárcel por dos delitos de amenazas graves; tres años de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas y, por un delito de aborto, ocho años más de cárcel y diez años de inhabilitación para profesión sanitaria o servicios en clínicas, establecimientos o consultorios ginecológicos.

La acusación particular que ejerce la madre de la víctima, de su lado, reclama la pena de prisión permanente revisable por el delito de asesinato, dos años más de cárcel por el delito de aborto, otros dos años más de prisión por los malos tratos habituales en el ámbito de la violencia de género, un año de prisión adicional por el delito de lesiones, cinco años más por amenazas y tres años más de privación de libertad por el delito de tenencia ilícita de armas.

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