Decenas de miles de personas, muchas de ellas procedentes de numerosos puntos de fuera de la provincia, se han echado a las calles este domingo para no perderse un acontecimiento singular, y puede que irrepetible, en lo que al mundo de las cofradías se refiere: una procesión extraordinaria que ha servido para clausurar el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, pero, sobre todo, para refrendar que Sevilla es una de las máximas exponentes, por si quedaba alguna duda, de esta religiosidad.

Sólo así se explica que los organizadores de este cónclave, que se ha desarrollado en la ciudad desde el pasado jueves, con un amplio programa de conferencias, exposiciones y mesas redondas con ponentes de diversos países y presencia de la curia vaticana, hayan logrado reunir en una procesión a las principales devociones de la capital andaluza y de su provincia, tales como el Gran Poder, la Macarena, la Esperanza de Triana, el Cachorro, la Virgen de Consolación de Utrera, la Virgen de Setefilla de Lora del Río y la Virgen de Valme de Dos Hermanas, además de la Virgen de los Reyes, patrona de la Archidiócesis.

Y por si fuera poca la expectación, el cortejo ha discurrido por una 'carrera oficial' muy diferente a la que conocemos en Semana Santa y alejada de la Campana, que ha dejado para el recuerdo estampas que parecían impensables en el orbe cofrade hasta ahora, como el tránsito del Gran Poder por el Paseo Colón, los dos palios de las Esperanzas caminando uno tras otro con la Torre del Oro al fondo y separados por apenas unos metros o la presencia en la procesión de la protectora de Dos Hermanas, y las patronas de Utrera y Lora del Río.

Prueba de la expectación suscitada por esta Magna de Sevilla es que las sillas ubicadas en ese recorrido común puestas a disposición del público, unas 20.000 en su conjunto, se agotaron en solo unas horas.

Así, el público ha podido observar el precioso contraste de luces y sombras sobre el paso del Señor de Sevilla cuando caminaba junto al Alcázar, o su discurrir por una abarrotada Puerta de Jerez, a plena luz del día, con la fuente exornada con flores de Pascua y junto a un gran árbol de Navidad. También se ha sentido la devoción que reúne las imágenes procedentes desde fuera de la capital hispalense, por ejemplo, con los vivas y cantos dedicados a la Virgen de Setefilla, clara muestra de religiosidad popular.

Otra escena para el recuerdo de este día ha sido el emotivo saludo que la Esperanza de Triana, antes de su salida, ha realizado en el trascoro de la Catedral a la Virgen de la Macarena, en correspondencia al realizado por esta dolorosa al llegar a la seo metropolitana tras su traslado esta mañana.

En torno a las 16,00 horas de la tarde iniciaba la procesión de clausura los niños carráncanos, que anunciaban un extensísimo cortejo. No sería hasta poco más de tres horas después cuando la Macarena, la titular que pone el broche de oro a este desfile, cruzaba la Puerta de Palos ya cerrada la noche, con treinta minutos de retraso sobre la hora prevista.

El cortejo, integrado por un máximo de 300 hermanos de cada una de las corporaciones, ha realizado un recorrido común desde la Plaza del Triunfo, al Paseo Colón, pasando antes por Santo Tomás, Avenida de la Constitución, Puerta Jerez y Almirante Lobo.

La Virgen de los Reyes ha presidido la procesión cuando ha llegado frente a la Plaza de Toros donde se ha instalado un altar efímero y la tribuna de autoridades, con la presencia del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno; el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz; el presidente del Consejo de Hermandades, Francisco Vélez; el nuncio apostólico, monseñor Bernardito Auza, y el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses.

Desde la confluencia del Paseo Colón con Reyes Católicos y el Puente de Triana, las distintas corporaciones regresan a sus respectivas sedes, con la salvedad de aquellas que proceden de la provincia que entrarán en templos de Sevilla.

Así, la Virgen de Setefilla se encamina hacia la parroquia de San Andrés, sede canónica de la hermandad de Santa Marta; los hermanos de Consolación entrarán en el templo de Los Terceros, en la calle Sol, donde radica la hermandad de la Sagrada Cena, y Valme se dirige hacia la antigua Colegial del Salvador. El entorno de estas iglesias ha sido engalanado para la ocasión con vistosas flores de papel y colgaduras y banderolas alusivas a esas hermandades en los balcones.

La presencia de miles y miles de personas en las calles ha sido una constante desde este sábado, como consecuencia de los traslados del Cachorro y la Esperanza de Triana a la Catedral a primeras horas de la tarde, y, posteriormente, del Gran Poder y la Macarena, que han protagonizado una inédita madrugada en pleno mes de diciembre, en un intenso fin de semana con casi 40 horas de procesiones en las calles, con innumerables estampas para el recuerdo y en el que se ha mostrado al mundo la religiosidad popular según Sevilla.

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