Este miércoles ha comenzado el juicio contra el hombre acusado de matar a su expareja en Málaga. El acusado, Lionel, mutiló el cuerpo de Natalia, la víctima, y tiró los restos al mar. La imagen de la mujer decapitada y con las manos cortadas en mitad de la playa, flotando en el agua, consternó a toda la población en enero del año pasado, informan Susana Guzmán y Beatriz Simó. La Fiscalía pide para él 25 años de cárcel.
Lionel ha reconocido ante la sala de la Ciudad Justicia que mató a Natalia, pero ha incurrido en contradicciones, asegurando que no planeó el crimen y qué no sabe por qué lo hizo; una versión que no convence a la familia de ella ni al jurado popular. "Esa frialdad, el ensañamiento... Nadie va con un cúter en el bolsillo a las 10:00 horas de la mañana", ha señalado Stephanie Vásques, portavoz de la familia.
Todos los indicios apuntan a que sí fue premeditado. Esperó a Natalia a la salida de la iglesia, la llevó a una playa y allí acabó con su vida, saltándose una orden de alejamiento. Natalia le había denunciado por malos tratos, pero él no había llegado a entrar en la cárcel. "Como un mes y pico antes hubo un conflicto, y él no sé si le pegó un cabezazo o un puñetazo que le partió la nariz. Entonces, ella cortó en seco la relación", ha precisado Vásques.
El ministerio fiscal y la acusación piden 25 años por un asesinato que ejecutó con la misma sangre fría que ha mostrado hoy durante el juicio. "Es (el juicio) más espantoso que he visto profesionalmente y personalmente", ha destacado Ricardo Álvarez-Ossorio, abogado de la familia. Cortó las manos y la cabeza al cadáver para que no pudiera ser identificado y lo arrojó al mar, pero la marea lo devolvió. Natalia fue dada por desaparecida, hasta que las pruebas de ADN han revelado que fue asesinada.
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