Emprender a los 50: el desafío 'estético' de unas mujeres sevillanas "demasiado mayores" para trabajar

Esta es la historia de la resiliencia, el valor y el empoderamiento de mujeres que, a cierta edad, se enfrentan a desafíos laborales muy complicados. La historia de mujeres que rondan los 50 años y que, tras perder su empleo, se ven marginadas en el mercado, casi siempre debido a prejuicios relacionados con esos años.

Begoña Díaz acaba de cumplir los 50, aunque "mi mentalidad es la de una adolescente a la que no se le ocurre nada normal", dice entre risas. Normal o no, lo cierto es que su última ocurrencia le ha llevado a regentar su propio negocio cuando nadie creía en ella.

Hace un año y medio perdió su trabajo en Centros Ideal, una franquicia de depilación láser y estética que sorprendió a clientes y trabajadores con su cierre repentino. Antes de eso, había trabajado durante meses para ellos sin descanso y sin cobrar, pero nunca pensó en dejarlo: "Me hubiera jubilado con ellos, era feliz", confiesa todavía con nostalgia.

Pero la consecuencia era que a sus 49 años se quedaba en la calle, sin trabajo, con un currículum repleto de experiencia que cualquier empresa aplaudiría, pero con una fecha en el D.N.I que la dejaba fuera de juego.

"Me he topado con decenas de negativas. Ofertas de empleo que aceptaban mi experiencia pero que al conocer mi edad, terminaban rechazándome". Así que sin posibilidad de abrir esa barrera, decidió saltarla.

Begoña tiró de agenda, y allí estaba su ahora socia Rocío García, de 52 años y ex empleada también de Centros Ideal.

"Es muy luchadora, no tiene miedo y solo quiere comerse el mundo! dice de ella su amiga y compañera.

Juntas, cansadas de buscar trabajo, decidieron abrir su propio negocio, y el pasado mes de mayo nacía en Sevilla el "Centro Huna", su nuevo local de estética.

No ha sido fácil. A los 50 es muy posible que emprender sea también, valga la redundancia, imposible. Falta de capital, acceso ilimitado a créditos... Pero con esos 50 lo que seguramente sí tenga sean amigos de verdad. Y es lo que les ha pasado: Un amigo de Begoña les prestó el dinero necesario para cumplir el sueño de seguir trabajando.

Ahora siguen en el camino, recorriéndolo poco a poco. De hecho, el mes que viene podrán contar con una nueva incorporación que, como era de esperar, es una mujer considerada mayor.

Almudena Amador, de 48 años, acaba de encontrar por tanto trabajo y formará parte de este centro de estética que lucha por hacerse un hueco entre mujeres de todas las edades.

Son testimonios de luchadoras que, a pesar de los obstáculos, han encontrado en el emprendimiento una oportunidad para reinventarse. Historias que pueden servir de inspiración para otras en situaciones similares.

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