La Mezquita-Catedral de Córdoba, es bien conocida por su majestuosa arquitectura y su rica historia que abarca siglos, no solo es un monumento a tener en cuenta dentro de la cultura religiosa en España, sino que además es el lugar de descanso final para algunas de las figuras literarias más prominentes de la historia.
Entre estas figuras destacan Luis de Góngora y el Inca Garcilaso de la Vega, dos escritores cuya influencia en la literatura española y latinoamericana es innegable.
Luis de Góngora y Argote, nacido en 1561 en Córdoba, fue una de las figuras literarias más influyentes del Siglo de Oro español. Se le conoce principalmente por su papel en el desarrollo del culteranismo, un estilo poético que privilegiaba la complejidad y la riqueza formal, y que contrastaba con el conceptismo de escritores como Francisco de Quevedo. La poesía de Góngora es una explosión de metáforas, imágenes y juegos lingüísticos, con obras como "Soledades" y "Fábula de Polifemo y Galatea" que aún se estudian como cimas de la poesía barroca.
A lo largo de su vida, Góngora mantuvo una fuerte conexión con Córdoba, su ciudad natal. No solo nació allí, sino que también desempeñó el cargo de canónigo en la catedral, lo que estrechó aún más sus vínculos con la ciudad y su emblemática mezquita. Tras su fallecimiento el 23 de mayo de 1627, sus restos fueron enterrados en la Capilla de San Bartolomé dentro de la Mezquita-Catedral, aunque no bajo el suelo y en el clásico ataúd, sino en una urna funeraria. Cada año, la Real Academia de Córdoba celebra un homenaje en su honor, reconociendo la vasta influencia de Góngora en la literatura española.
Otro ilustre literato que descansa en la Mezquita-Catedral es el Inca Garcilaso de la Vega. Nacido en 1539 en Cuzco, en lo que hoy es Perú, cuyo nombre original era Gómez Suárez de Figueroa, pero fue renombrado como el Inca Garcilaso de la Vega es conocido por ser uno de los primeros escritores mestizos del continente americano y por su papel como cronista del imperio incaico.
Sus obras más conocidas son los "Comentarios Reales de los Incas" y la "Historia General del Perú", que ofrecen una perspectiva única sobre la historia y cultura de los pueblos indígenas desde la óptica de alguien que pertenecía a ambos mundos: el indígena y el español. El Inca Garcilaso es valorado no solo como un historiador, sino también como un escritor que fusionó con destreza las tradiciones literarias europeas con las experiencias y vivencias del mundo andino.
Después de su infancia en el Perú, Garcilaso se trasladó a España, donde pasó gran parte de su vida. Su relación con Córdoba se fortaleció cuando decidió vivir en Montilla, una ciudad cercana, y donde redactó gran parte de su obra. Tras su fallecimiento en 1616, sus restos fueron trasladados a la Capilla de las Ánimas del Purgatorio dentro de la Mezquita-Catedral de Córdoba. Su tumba se convirtió en un lugar de gran simbolismo, representando la fusión cultural entre España y América.
La Mezquita-Catedral de Córdoba, además de su renombre arquitectónico, ha sido históricamente un lugar de gran relevancia para el enterramiento de figuras ilustres. En sus muros no solo reposan Luis de Góngora y el Inca Garcilaso de la Vega, sino también otros personajes destacados como Pablo de Céspedes, humanista y pintor renacentista, así como varios reyes de Castilla, entre ellos Alfonso XI y Fernando IV, cuyos restos fueron trasladados en el siglo XVIII a la Colegiata de San Hipólito.
Es importante destacar que, aunque el uso de la Mezquita-Catedral como lugar de enterramiento fue común durante siglos, las normativas eclesiásticas cambiaron en el siglo XIX, limitando estos enterramientos en los templos. Sin embargo, la relevancia histórica de este sitio se mantiene viva a través de los personajes ilustres que descansan en él.
Tanto Luis de Góngora como el Inca Garcilaso de la Vega han dejado un legado que sigue resonando en la actualidad. El culteranismo de Góngora inspiró a generaciones posteriores de poetas, y su obra es esencial para comprender el desarrollo de la poesía barroca. Por su parte, el Inca Garcilaso se considera una figura pionera en la literatura hispanoamericana, cuya obra ofrece una visión única de la historia colonial y del mestizaje cultural entre Europa y América.
Ambos escritores no solo son figuras literarias, sino también símbolos culturales que conectan el pasado con el presente. Sus enterramientos en la Mezquita-Catedral de Córdoba no solo subrayan su importancia para la ciudad, sino que también los inmortalizan en un monumento que representa la fusión de culturas e historias, al igual que lo hicieron ellos en sus respectivas obras.