Con un curioso nombre y hasta cuatro ingredientes que "hacen referencia a la zona" donde está Venta La Yedra, en el término municipal de Antequera (Málaga), un plato llamado "alegría" triunfa.
Está elaborado con langostinos, chorizo, patatas y huevo frito. Una suculenta combinación que cuesta sólo 10 euros. Quienes la piden no son 'multados' por no acabar. Porque siempre se la terminan.
La contundente ración hace las delicias de los viajeros que deciden hacer un alto en el camino. Cuando circulan por la Autovía de Málaga, la A-45, pueden parar en el kilómetro 112, donde está el restaurante-hotel.
El histórico negocio que abrió en 1948 experimento un cambio hace unos años (en 2019) para iniciar una nueva etapa. Esa que lo ha llevado a crear propuestas gastronómicas particulares.
En concreto, la del plato "alegría" surgió de una de las frecuentes "reuniones entre trabajadores y gestores" del establecimiento. "Las hacemos para tratar diferentes temas", nos cuentan desde La Yedra.
Por ejemplo, "las recetas que funcionan mejor o cuáles deberíamos renovar". Así, decidieron buscar una "rústica, con toque moderno" y que reflejase el entorno en el que están.
Nos dejan claro que querían algo que incluyera productos "de la montaña", pero también "del mar, que lo tenemos cerca". Están asentados a los pies de la Sierra de las Cabras y cerca del puerto de Las Pedrizas.
Acordados los ingredientes, nos desvelan que el nombre nació de "la impresión que se llevó uno de los socios cuando lo vio al entrar en cocina". Exclamó: "¡Qué alegría de plato!"
Servido en las elegantes mesas que tiene el restaurante, se puede observar lo apetitoso que es. Para comérselo con los ojos. "La verdad que ha tenido una grandísima aceptación entre los clientes", nos aseguran.
De hecho, "se está volviendo un referente" en la carta que ofrecen actualmente. A todos esos que acuden a "un lugar de paso casi obligado para cientos de trabajadores que pasan por esta carretera cada día".
"Abrimos todos los días en un horario tan amplio como podemos", señalan. Especialmente, la cafetería está disponible al público durante las 24 horas.
Para disfrutar de las recetas que elaboran, se puede ir de nueve de la mañana a las once y media de la noche. Varios comensales recomiendan los desayunos.
Y para las comidas, desde las una del mediodía hasta las cuatro de la tarde es posible degustarlas. En un local con terraza y salón interior que acepta reservas de grupos.
"La porra y el flamenquín son inigualables", comenta un cliente acerca de dos de sus recetas más populares. También ofrecen un menú a 12 euros "de excelente cantidad y calidad".
"Un sitio familiar, agradable y fresquito para las noches de verano", describe otra comensal. Mientras que otro viajero destaca que "siempre está llenísimo, así que por algo será".
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