En la playa de Sacaba, en el extremo oeste de Málaga, un residente local ha descubierto de manera fortuita cientos de vestigios prehistóricos. Entre estos hallazgos se incluyen piedras talladas del Paleolítico, como puntas musterienses, raederas y denticulados, así como moluscos y restos óseos de animales del Holoceno.
Juan María Álvarez, fotógrafo de profesión, ha recolectado más de 2.000 piezas en los últimos meses de la superficie de una gran duna de arena dragada, utilizada para reponer la arena de la playa. Cada día que pasa, Álvarez encuentra nuevos materiales en el lugar.
Un informe preliminar realizado por investigadores de las universidades de Cádiz y Córdoba, bajo la dirección del reconocido catedrático de Prehistoria José Ramos, destaca la importancia arqueológica, científica y patrimonial del descubrimiento. Sin embargo, la Junta de Andalucía sostiene que se trata de “materiales líticos muy rodados y restos óseos animales difíciles de adscribir a un período concreto”.
Los cinco expertos que firman el informe subrayan la necesidad de investigar el origen del vertido de arena, posiblemente proveniente del suelo marino de la Bahía de Málaga, habitada hace miles de años por sociedades paleolíticas. Consideran crucial proteger la zona y proponen un mayor control en las extracciones de arena para evitar que se repitan situaciones como esta.
Con más de treinta años de experiencia en fotografía y documentación arqueológica, Juan María Álvarez supo reconocer la importancia del material encontrado en la playa de Sacaba. A sus 64 años y viviendo cerca de la zona, relata a EFE cómo el descubrimiento ocurrió de manera casual: “Una tarde en la playa vi una piedra y me di cuenta de que era sílex, posiblemente una herramienta”.
Aunque inicialmente no le prestó mucha atención, en los días siguientes comenzó a encontrar más y más restos. Durante las Navidades, contactó con José Ramos, de la Universidad de Cádiz, quien confirmó que se trataba de materiales elaborados por neandertales.
En el montículo de arena de 175 metros de largo, 40 de ancho y 3,5 de alto, Álvarez calcula que ha encontrado más de 2.000 piezas, incluyendo dientes, sílex, huesos y madera. Subraya que lo relevante no es solo la cantidad, sino la diversidad y calidad de los restos.
Álvarez tiene el material guardado, clasificado y documentado en un despacho, aunque su deseo es que todo termine depositado en el Museo Arqueológico de Málaga, donde ya ha entregado un centenar de piezas.
Tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional adscrita a Andalucía están al tanto del hallazgo, aunque un informe de la Junta de Andalucía, fechado el 19 de junio, concluye que los restos “no corresponden a material arqueológico”.
El profesor José Ramos, con una amplia trayectoria en la investigación paleolítica, no comprende la decisión de la Delegación Territorial de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte en Málaga.
En declaraciones a EFE, Ramos detalla que los restos incluyen “objetos líticos muy claros” del Paleolítico medio, con una antigüedad de entre 50.000 y 150.000 años. Este grupo incluye núcleos, lascas y herramientas talladas por grupos neandertales, como puntas musterienses, raederas y denticulados, que evidencian la presencia de pobladores en la región.
Además, se han encontrado objetos y restos óseos de fauna marina y terrestre, asociados al Holoceno, como moluscos, cerdos, peces y ovejas, que datan de hace unos 12.000 años.
Ramos subraya que el conjunto de estos materiales es de gran interés y merece ser analizado y controlado.
Ramos insiste en la importancia de determinar el origen del material depositado en Sacaba. Según la Junta, la arena proviene de un solar en obras cercano a la playa, fuera de la zonificación arqueológica. Sin embargo, al momento del hallazgo, la cimentación y estructura del nuevo edificio ya estaban terminadas, lo que impidió verificar la procedencia exacta del material.
Ramos cree que es crucial investigar este origen, ya que en la Bahía de Málaga se han producido fluctuaciones del nivel del mar que han dejado plataformas actualmente sumergidas, anteriormente habitadas por sociedades paleolíticas.
El arqueólogo también sugiere que las administraciones malagueñas deberían controlar las extracciones de áridos en tierra y en el litoral con la presencia de arqueólogos, como se hace en otros lugares, para evitar la pérdida de objetos de gran relevancia histórica.
Ramos concluye que este es un asunto arqueológico y patrimonial de gran importancia que requiere mayores medidas de protección.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.