Esta semana ha comenzado en Andalucía la campaña de verdeo más temprana de la historia, influenciada por la escasez de aceitunas en los almacenes y las condiciones climáticas recientes. Este contexto ha llevado a un adelanto en la recolección de la variedad gordal, cuya producción se estima considerablemente inferior a la media de años anteriores.
En provincias como Sevilla, las cuadrillas llevan ya una semana recogiendo esta variedad y esperan iniciar la cosecha de manzanilla la próxima semana.
Las asociaciones agrícolas creen que este año no cumplirán las expectativas; el aforo estaba estimado en 500 mil toneladas para Andalucía, pero consideran que no alcanzarán ni la media de campañas anteriores debido a problemas en el cuajado del fruto.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) indica que este adelanto se debe a la maduración precoz de los frutos y a las bajas existencias de la campaña anterior. La falta de stock ha generado presión para iniciar la cosecha antes de lo habitual, afectando especialmente a la variedad gordal.
Para finales de la próxima semana, se espera que comience también la recolección de manzanilla en las parcelas donde los frutos han madurado antes. Sin embargo, las perspectivas para la producción de aceitunas manzanilla y hojiblanca no son optimistas, ya que COAG anticipa una cosecha inferior a la media en estas variedades.
La combinación de una producción limitada y la falta de contratos previos está generando incertidumbre para los agricultores. Según COAG Andalucía, esta falta de previsibilidad impacta directamente en la planificación de los jornales y la contratación de mano de obra, lo que complica aún más la campaña.
El destino final de las aceitunas, ya sea para consumo en mesa o para molino, dependerá del tamaño del fruto y del precio que se ofrezca al agricultor. El déficit hídrico ha afectado el calibre de las aceitunas; aquellas que no alcancen el tamaño adecuado o que no tengan contratos establecidos podrían ser destinadas a la producción de aceite.
Además, el alto precio del aceite de oliva en el mercado influye en las decisiones de los agricultores. En particular, el aceite temprano está muy demandado y valorado, lo que podría llevar a que parte del aforo destinado a aceitunas de mesa se desvíe hacia los molinos.
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