La 'pandilla de la sombrilla', nonagenarios de El Ejido piden sombra para su banco: "Con toldos estaríamos mejor"

Ricardo tiene 98 años, es el mayor de la pandilla, pero no es el único nonagenario del grupo. "Hay uno de 94 años, de 91, de 90...", enumera Amparo, la hija de Ricardo, que le acompaña cada día al Paseo de las Lomas, en El Ejido, donde se reúnen cerca de una quincena de vecinos mayores para echar la tarde juntos.

"Son muy mayores y no pueden irse muy lejos de donde viven", explica Amparo, por eso se sientan en el banco que hay frente a la farmacia cerca de sus casas y bajo absolutamente nada. Los árboles de este tramo están secos y por no dar, no dan ni sombra. "Aquí no han cuajado", dice Amparo, "en cambio en otras zonas sí y de hecho son muy bonitos".

Ahora que el sol aprieta, la única solución que han visto es la de crear su propia sombra. "Yo llevé un día una sombrilla", dice la hija de Ricardo, "y cubría a cuatro de los que estaban en el banco". Luego añadieron algún que otro trapo colgado y la sombra fue creciendo y cubriendo cada vez a más miembros de la pandilla.

El regalo

En su particular fábrica de sombras, había una pieza importante y se la han robado. "Teníamos un soporte de piedra muy pesado donde sujetábamos la sombrilla, pero al venir un día vimos que se lo habían llevado", comenta Amparo. Así que decidieron poner algo de dinero entre todos y comprarse una nueva sombrilla, ahora mucho más grande para que además cupiera toda la pandilla.

Sin embargo, al final no ha hecho falta. "Un vecino que pasaba por aquí y nos veía a diario nos dijo que tenía una sombrilla grande que no usaba y nos la ha regalado", dice Amparo agradecida por la ayuda, "nos ha venido de lujo". Aunque lo que les vendría mejor es tener un sistema de toldos en la zona.

"Con toldos estaríamos mejor, sería estupendo que aquí pusieran algo para que diera la sombra", dice Amparo que durante dos meses tiene a su padre viviendo con ella. "Es muy importante que los mayores salgan un rato al día", comenta la hija de Ricardo, que igual que el resto de vecinos ha encontrado en este banco al sol un refugio contra la soledad.

Entre amigos

Durante un par de horas, la pandilla de la sombrilla habla de todo y no solo de calor. "Comentan cosas sobre comida y sobre costumbres de su época", dice Amparo que se dedica a escuchar al lado de su padre. "Hay una mujer que cuenta muchos chistes y es muy simpática", dice la hija de Ricardo, "y otra que hace de trovadora con historias que escuchaba de joven".

Ayer el tema era otro. Una joven había hecho una foto de su peculiar forma de pasar las tardes cubiertos con trapos y sombrillas y la había colgado en Internet. Ahora ellos han hecho su propia fotografía para esta noticia y esperan que les sirva para solucionar su problema. "Cuando pedimos al Ayuntamiento de El Ejido que limpiaran la zona, la verdad es que lo hizo al momento", señala Amparo.

Aún no han hecho ninguna petición oficial para pedir esos toldos y es que no existe la prisa en esta pandilla. Mientras tanto, cada día seguirán saliendo a este banco que les une bajo el sol porque en este lado de la vida la soledad aprieta más que el calor.

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