La última adquisición de Paco Castaño ha sido una botella de Calisay que le ha entregado José Góngora, del bar El Surtidor. Fue de las pocas que no abrió el día de su boda en 1972. Desde ahora se exhibe junto a otros recuerdos de los vecinos de El Ejido que Paco guarda en su extraordinario museo de las cosas normales.
Aquí está el botijo que Juan Cantón se llevaba cuando iba a trabajar a los invernaderos hace ya 40 años, un casco antidisturbios de los años 80 que le entregó el comisario de Policía antes de marcharse del pueblo o las bolas que se usaban en el antiguo bingo del Casino del Círculo.
Algunos objetos los ha comprado. "Por ejemplo los gramófonos los compré por Internet porque aquí no había", explica Paco a Informativos Telecinco. Sin embargo la mayoría de los objetos son donaciones como la cesta de picnic de los años setenta que le regaló la familia del fotógrafo Romy.
No hay nada anónimo en este museo, todo tiene nombre y apellidos. La caja de hilatura donde se guardaban hilos y las balanzas son de la tienda que Julio Gutiérrez tenía en Pampanico y los estuches y antiguas estampitas de recuerdo de la primera comunión forman parte de la donación que hizo la papelería Trini.
Poco a poco, Paco ha reunido parte de la historia de El Ejido a través de pequeños objetos que le han cedido sus vecinos, como la máquina de coser que usaba Soledad en su casa y que ahora se exhibe en este museo junto al primer ordenador que hubo en el pueblo para pedir gasolina a Campsa y que le cedieron en la gasolinera de Góngora.
También hay vasos, vajillas y hasta relojes de pared que un día colgaban de casas particulares de El Ejido y hoy se muestran en este particular museo. "Guardamos los recuerdos de los vecinos de El Ejido", dice Paco Castaño, que también exhibe los suyos propios. "Tengo expuestas cosas de mi madre y mías, como mi primer disco que compré hace 40 años de Cat Stevens".
La pasión de Paco por el pasado es tan fuerte como la que tiene por su pueblo. Aquí empezó a trabajar de comercial en un periódico local. Luego montó su empresa de publicidad y hace 30 años abrió Radio Sintonía, una de las emisoras más antiguas de El Ejido y en cuya sede se encuentra este museo.
"Cualquiera puede venir a verlo solo tiene que avisar para que le abramos", dice Paco que de momento recibe aquí a los alumnos de los centros educativos de la localidad. Más de 750 niños ya lo han visitado y han conocido de esta manera objetos de su pasado que nunca antes habían siquiera imaginado.
Ahora, además edita en papel la revista 'Vintage'. "Recoge lo antiguo y lo moderno", cuenta a Informativos Telecinco. De hecho, para las portadas suele utilizar los objetos del propio museo y entre sus páginas pasea por la historia del pueblo a través de las historias de sus vecinos, un viaje de ida y vuelta al corazón de El Ejido.
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