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Durante más de una década la Virgen de la Encarnación y del Amor Divino, a la que todos llaman Virgen de las Lanzas, estuvo expuesta al culto en la Iglesia de la Purísima en el barrio de Gamarra, en Málaga. Sin embargo, anoche salía del templo en una silenciosa marcha de despedida para no volver jamás.
El párroco de la iglesia le había dado algo más de un mes de plazo al Grupo Parroquial Las Lanzas para que se la llevara. "Se nos insta a seguir caminando en otras realidades católicas que se asemejen más a la idiosincrasia de nuestro grupo", explicaban con un misterioso comunicado en el que aceptaban marcharse de buena fe.
"No sabemos qué ha pasado", comentan los vecinos del barrio que llevan semanas recogiendo firmas para que la virgen regrese a su templo desde donde salía en procesión cada año días antes de que empezara la Semana a Santa. "Nunca le faltaban hombres o mujeres que la sacaran y a veces venían hasta de Torremolinos", dice una vecina.
Arraigada en el barrio, tanto la imagen de la Virgen de las Lanzas como el Grupo Parroquial participaban en actividades durante todo el año, como las recientes Cruces de Mayo. Sin embargo, su sentencia ya había sido dictada y ni las firmas ni las protestas han podido evitar su salida de la iglesia.
En mes y medio la Virgen de la Encarnación pasó de estar al culto dentro de la parroquia a colocarse cerca de la puerta de salida y por último ha acabado en la calle buscando una nueva casa. Mientras tanto, la imagen está en un taller donde comprueban que durante su marcha no haya resultado dañada.
"Igual que la Muerte no fue el final, esto tampoco lo será", comunicaba anoche el grupo, que sin parroquia ya no se considera parroquial. A través de su página de Facebook informaba de su salida de forma escueta y con dos fotografías del momento de la retirada. "Desde el día de hoy, La Compañía de Las Lanzas está ya dedicada para que vuelva al culto externo y a los pies de su barrio de Gamarra", concluía el comunicado.
Mientras tanto, dentro de la parroquia siguen estando la imagen titular de la Purísima, Santa Rita, la Virgen del Carmen y un hueco vacío que recuerda que durante un largo tiempo esta también fue la casa de la Virgen de las Lanzas.
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