Coqui, Manolete, Abderrahman I y Vueling, el plan de fuga de cuatro guacamayos del zoo de Córdoba

El plan de fuga de Coqui, Manolete, Abderrahman I y Vueling parecía de todo menos improvisado. Estos cuatro guacamayos del zoo de Córdoba habían observado durante el día cómo varios técnicos arreglaban la trampilla para los pulverizadores de agua con los que refrescan su jaula en verano. 

Los técnicos se fueron y los cuatro animales esperaron a que llegara la noche. Cuando ya nadie se lo esperaba, se dirigieron hasta al lugar donde habían visto trabajar a los operarios. Con el pico rompieron un hierro de la jaula e hicieron un agujero que les daba acceso a la trampilla. Una vez llegaron ahí, solo quedaba empujar y salir.

De repente sobre el cielo estrellado de Córdoba, cuatro guacamayos volando libres cada uno por su lado. Así empieza la segunda parte de esta curiosa historia, la del rescate. El zoo pidió ayuda a Quique Fernández, de Naturzoo, un experto en todo tipo de animales y especialmente en guacamayos de los que posee varios.

Animales valiosos

"Se trata de animales muy valiosos y muy golosos para los ladrones", dice Quique, "sobre todo los guacamayos ara chloroptera, que pueden costar cerca de 2.500 euros cada uno". En total había unos 10.000 euros volando por Córdoba y Quique era el encargado de recuperarlos cuanto antes.

Coqui, Manolete, Abaderrahman I y Vueling habían decidido separarse nada más salir del zoo. El primero de ellos fue a un concesionario de coches por la zona de La Torrecilla. Fue el primero y el más fácil de capturar, pero todavía quedaban tres por recuperar.

Desde el Zoo de Córdoba y desde Naturzoo lanzaron mensajes en redes sociales solicitando la colaboración ciudadana. Había patrullas de la policía de apoyo y finalmente el martes por la mañana, Quique recibió un aviso: habían visto a dos de los guacamayos en el Jardín Botánico.

Allí, posados sobre una de las vallas del recinto, los dos guacamayos descansaban de su huída dos días después de su fuga. Quique consiguió hacerse con ellos. Ya tenían tres de los animales que se había escapado, solo quedaba uno... y fue el más difícil de todos.

El último rescate

"Se movía muchísimo", confiesa Quique a Informativos Telecinco, que fue siguiéndole el rastro por toda la ciudad. Le vieron en los jardines de la plaza de Andalucía, estuvo por la carretera de Granada y le grabaron incluso en el estadio del Córdoba, donde a punto estuvieron de capturarlo antes de que saliera volando. 

Llegaron a sacar a su pareja del zoo y la llevaron por las calles de la ciudad para hacerle de reclamo... Pero no había manera, el último guacamayo no quería volver sin visitar un último lugar: la zona de la Mezquita de Córdoba. Allí, posada sobre el tendido eléctrico, con dos coches patrulla de la Policía Local, finalmente se dejó capturar. Un final de cine, para una fuga de película.

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