Huétor Tájar es una localidad muy pequeña en la que todos se conocen. Y todos sabían que el hombre que ha matado a sus nietos y después se ha suicidado había perdido a su hija y su mujer en un accidente de coche dos meses atrás. Lo estaba pasando mal pero era “un abuelo ejemplar”.
Él iba al volante del coche que se empotró contra un muro y se culpaba de aquello. Sufrió un desvanecimiento. Sin embargo, a pesar de la culpa nadie se podía imaginar que haría algo así, ha dicho el alcalde de la localidad, Fernando Delgado.
Los vecinos lo definen como una persona tranquila, muy pacífica, que se daba sus paseos con la bicicleta por la ronda. Se desvivía por sus nietos e iba al cementerio a diario.
Hombre de pocas palabras, "no tenía muchos amigos", cuenta Manuel, un vecino mayor que conocía a la familia. "No bebía, no fumaba, ni se iba de bares... Siempre estaba solo con su mujer y sus nietos", relata el hombre al diario Granada hoy.
Manuel también lo conocía de llevar a los niños al colegio. "Era un abuelo ejemplar”, dice. De hecho días atrás estuvo viendo a uno de sus nietos en una actividad del colegio.
El día del accidente de coche iban a llevar al mayor de los niños, de 12 años, al conservatorio. Un trayecto que había normalmente el padre de los pequeños, que ese día estaba acompañando a su madre enferma en el hospital.
Este martes, Huétor Tájar vive el primero de los tres días de luto oficial decretado por el Ayuntamiento.
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