Fueron horas de negociación que empezaron bien entrada la noche del domingo y se prolongaron hasta las cinco de la mañana del lunes. A esa hora el abuelo de los dos menores de Huétor Tájar, en Granada, se dirigió por última vez al negociador de la Guardia Civil. "No voy a hablar más porque voy a preparar a los nietos para ir al colegio". Momentos después, los agentes entraron en la vivienda y hallaron los cuerpos sin vida de los niños y del abuelo.
Horas antes, el 112 había recibido una llamada a las 21.45. Eran los vecinos de la calle Alfredo Nobel del municipio de Huétor Tájar, en la provincia de Granada. En la llamada avisaban de una discusión entre el padre y el abuelo de los menores que acabó con el abuelo atrincherado en su casa con los dos nietos.
En ese momento se activaron todas las alarmas. Varias unidades de la Guardia Civil y Policía Local se pusieron en alerta y se trasladaron a las inmediaciones de la vivienda para intentar controlar la situación con un mediador. Además se desplazaron varios medios sanitarios a la zona por si fuera necesario actuar.
Desde Madrid, la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil también se puso en marcha. En cuestión de minutos, salía de Valdemoro en dirección a este pueblo de Granada una unidad especializada en neutralizar situaciones de toma de rehenes y secuestros, a la espera de los resultados que tenía el mediador que había entablado contacto ya con el abuelo.
En todo momento el secuestrador, que tenía permiso de cacería, mantuvo entre sus manos una escopeta de cartuchos del calibre 12. De hecho, había realizado dos tiros por la ventana, según algunos testigos, con la intención de advertir que estaba armado.
La negociación fue pacífica, según ha explicado el delegado de Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, y se prolongó durante horas a lo largo de la madrugada. Sin embargo, cuando el reloj marcaba las cinco de la mañana dejaron de hablar. El abuelo se excusó diciendo que tenía que preparar a sus nietos para llevarlos al colegio.
Parecía una buena señal, pero el silencio que vino después se alargó demasiado. La Guardia Civil estuvo esperando hasta las ocho de la mañana y al ver que los menores no salían de la casa para dirigirse al colegio y al instituto, decidieron entrar en la vivienda cerca de las ocho y media. Fue en ese momento cuando se produjo el suicido del abuelo con la escopeta de caza que portó "en todo momento"
En ese momento, los agentes hallaron en dos habitaciones distintas los cuerpos sin vida de los menores: uno con heridas de arma de fuego y el otro sin ningún tipo de heridas. Será la autopsia la que determine las causas y horas exactas de los fallecimientos, aunque los investigadores ya trabajan con la hipótesis de que se produjeron horas antes del hallazgo.
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