A las cuatro de la tarde del sábado, con la calle desierta, un pequeño yorkshire se precipitó al vacío desde la terraza de una segunda planta en Utrera, en la provincia de Sevilla. Lo que pudo acabar en tragedia terminó con un rescate que nunca olvidará Niebla, el bombero que le salvó la vida... aunque para eso la suerte tuvo que intervenir antes unas cuantas veces.
La primera vez que la fortuna se alió con el destino en esta historia fue en la caída. El perro había aterrizado en una tubería de desagüe, una superficie complicada para mantenerse sobre ella si no fuera porque en ese momento la suerte volvió a llamar a su puerta. Una de sus patas se había enganchado con un cable de la fachada y así se sujetaba,
La imagen suspendida en el aire llamó la atención de una vecina y aquí volvió a aparecer la suerte porque pensó que el perro se estaba ahogando así que llamó con urgencia a los bomberos para que vinieran a intentar rescatarlo. "Nos dijeron que se estaba ahorcando", cuenta el bombero José Miguel Fernández Niebla.
"Al pensar que podía sufrir o morir fuimos todo lo rápido que pudimos", dice Niebla y fue esa urgencia la que resultó vital a la hora de salvar al yorkshire. "Una vez allí cogimos una escalera de asalto, subí rápido y lo enganché porque ya se caía". Engarrotado y nervioso, el animal llegó al suelo en los brazos de Niebla.
Mientras tanto, los propios vecinos llamaron al dueño del perro que en ese momento se encontraba fuera. "No fue consciente de lo que había pasado hasta que vio las fotos", dice Niebla. En ese momento se dio cuenta de que había estado a punto de perderlo, pero la suerte y el trabajo de los bomberos cambió el destino de su perro.
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