Detrás de cada alarma que suena no siempre hay una situación de riesgo inminente, pero eso no lo sabían los agentes de la Policía Local de Castilleja de la Cuesta en Sevilla, cuando recibieron una llamada alertando de la presencia de un intruso en un establecimiento de la localidad.
Era 28 de febrero, festivo en Andalucía y las tiendas no estaban abiertas, tampoco el supermercado cuya alarma acababa de saltar. "Podía estar produciéndose un robo", explican a Informativos Telecinco, pero de robo nada. Un fallo había permitido que se abrieran las puertas a una persona que no se dio cuenta de que estaban cerrados.
Al parecer el ascensor de acceso directo a la tienda seguía funcionando y una señora de avanzada edad lo cogió como hacía todos los días, sin darse cuenta de que era festivo. Al entrar las luces y la música también estaban encendidas, por lo que no sospechó nada.
Tampoco se fijó en que era la única persona que había dentro del supermercado, no había ni clientes ni trabajadores. "Nos contó que sí que le había parecido que estaba algo más vacío", dice la policía, pero no se extrañó demasiado y siguió haciendo su compra.
Con algo de comida y productos de limpieza para la casa en el carro, la única clienta de la tienda llegó por fin a la caja donde le estaban esperando varios agentes de la policía y la Guardia Civil. Ni le cobraron ni la detuvieron, le explicaron que el supermercado no estaba abierto y llamaron a un encargado.
"Se llevó una sorpresa mayúscula", cuenta la Policía Local de Castilleja de la Cuesta... No solo ella, también los agentes que acudieron a la llamada pensando que se había colado un ladrón y se encontraron con una señora mayor a la que se le abrieron las puertas de una tienda cerrada.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.