A Jeison le robaron su bicicleta mientras recogía un pedido en una hamburguesería de Marbella, en Málaga. La suerte no le acompañaba: perdió la bici y con ella también perdió el trabajo. No podía seguir repartiendo así que puso un anuncio en Internet para intentar recuperarla. De su bicicleta, ni rastro, pero su mensaje lo vieron dos niños de 8 y 11 años y su suerte ha cambiado.
"Vi en el grupo de Facebook 'Marbella se queja' que le habían robado la bici", dice Sara, madre de los dos niños, "querían hacerle daño quitándole aquello con lo que se gana la vida". Esto último lo dijo en alto y lo oyó su hijo pequeño, que andaba cerca de ella. "Regálale la mía, mami", le dijo a su madre. "La tuya es muy pequeña", le respondió Sara.
Así que decidieron entre todos regalarle la de su hermano, mucho más grande. "¿Se la puedo dar yo, mamá?", le dijo el pequeño y así lo acordaron. Llamaron a Jeison por teléfono y quedaron en el garaje del piso de Sara, donde tenía la bicicleta guardada. "Cuando se la dio mi hijo lo abrazó y empezó a llorar de ver al muchacho tan feliz", dice Sara, "fue un momento muy bonito".
Jeison, de 22 años, llegó de Venezuela hace algo más de año y medio. Allí trabajaba en una finca como granjero, pero al llegar a España con mucho esfuerzo compró una bicicleta y empezó a usarla para trabajar de repartidor hasta que la semana pasada se la robaron. Le había costado 450 euros y hace apenas dos semanas que la había puesto a punto.
Hoy Jeison vuelve a trabajar por las calles de Marbella sobre la bicicleta de un niño de 11 años que se la regaló porque la necesitaba más que él. "Yo siempre le enseño a mis hijos que los valores son muy importantes", explica la madre de los dos hermanos que no ha sabido sin embargo responder a la pregunta que le hizo su hijo justo después de regalarle la bicicleta: "¿Por qué se la robaron?".
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