Andalucía podría recibir agua en barcos de la misma forma que Cataluña. Es el pacto al que ha llegado con el gobierno de Murcia. La idea sería transportar el agua sobrante de la desaladora de Cartagena, una de las más grandes del país, hasta Almería, Granada y Málaga. Pero para llevar a cabo este plan se necesita la autorización de la Confederación Hidrográfica del Segura.

Este organismo será el que tendría que estudiar esa solicitud de la Junta de Andalucía. Y, en función de las necesidades hídricas, se aprobaría o no esa cesión de agua. La desaladora de Escombreras, en Cartagena, podría producir al año casi 23 hectómetros cúbicos, pero en este momento produce solo dos hectómetros cúbicos, muy poco. El agua que se ceda pasaría por unas tuberías hasta el puerto de Cartagena, donde sería trasportada en barcos hasta Andalucía -en caso de que se apruebe la cesión-.

De este modo, siguiendo los pasos de Cataluña, Andalucía y Murcia quieren transportar también en barcos el agua sobrante de la desaladora de Escombrera hasta los puertos de Málaga, Algeciras y Carboneras, concretamente, pero el pacto no está cerrado. "No podemos hablar de acuerdo cerrado porque, entre otras cosas, necesitamos de la participación de la Confederación Hidrográfica del Segura", señaló Ramón Fernández Pacheco, portavoz de la Junta andaluza.

Además de esta autorización, la Junta tiene que solicitarlo al ministerio de Teresa Ribera, que no descarta esta opción, aunque ya ha avisado que la situación andaluza es distinta a la de Cataluña. El traslado marítimo de agua no es una operación sencilla: hay que adecuar la red de infraestructuras: "Hay que establecer un sistema, estudiarlo adecuadamente y hay que preparar los barcos", precisa Primitivo González, doctor ingeniero naval de la Universidad de A Coruña.

Se utilizan barcos quimiqueros, como ya se hizo, por ejemplo, en 2008, cuando se llevaron 20.000 metros cúbicos desde Tarragona a Barcelona en depósitos de acero inoxidable, que hay que limpiar: "Se empieza con agua a presión, con agua salada, y, en función del producto que ha transportado anteriormente, -se aplica- algún tipo de producto", precisa Agustín Martín, decano de la Facultad de Náutica de Barcelona (FNB).

Este proceso es clave para que no se repita el incidente de la 'Operación barco' de 1995, cuando los 30.000 metros cúbicos que se trasladaron desde Tarragona a Mallorca se tuvieron que verter al mar al contaminarse con un disolvente del revestimiento de los depósitos.

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