El sábado 20 hombres tijera en mano se enfrentaban por el título de campeón de poda en una finca de viñedos de Bollullos par del Condado, en Huelva. Frente a ellos la mirada exigente de un jurado compuesto por expertos, ingenieros y hasta un profesor universitario que eligieron de entre todos a un zapatero como ganador del premio... pero este titular tiene truco.
Cada día a las de la cinco de la mañana José Miguel Lepe ya está despierto y mucho antes de ponerse a sus zapatos conduce hasta una pequeña parcela donde trabaja dos horas diarias en sus viñedos. "En el Condado es costumbre tener en la familia viñas en propiedad o arrendadas para tener unos ingresos extra", nos cuenta.
Su padre las tenía y con él aprendió todo lo que sabe de la poda del viñedo. "Empecé con unos 14 años", dice José Miguel que ahora tiene 58, "antes es lo que había que hacer, no me obligaba nadie, pero además me gustaba ir... me encanta el campo, la viña se ve preciosa en cierta época del año como en primavera".
Al lado de su padre, José Miguel fue adquiriendo los trucos y consejos heredados de generación en generación dentro de la familia. "Él me daba pautas y me decía de donde no me tenía que salir podando", explica José Miguel, "yo nunca lo vi como un juego, me lo tomaba muy en serio".
Esas mismas normas y consejos que le dio su padre cuando era joven fueron las que José Miguel siguió el sábado cuando podaba las cinco plantas del concurso bajo la atenta mirada de un jurado que vigilaba el equilibrio y el apurado de su corte. "La disciplina es lo principal", explica José Luis, y la disciplina le hizo alzarse con el premio.
El II Concurso de Poda de Viñedo Condado de Huelva está organizado por el Consejo Regulador de las denominaciones de origen protegidas Condado de Huelva, Vinagre del Condado de Huelva y Vino Naranja del Condado de Huelva. “Está ideado para poner en valor el trabajo que realiza el viticultor y todas las tareas necesarias para cuidar el viñedo", explica Manuel Infante, presidente del Consejo Regulador Condado de Huelva.
En total, 30 personas se apuntaron al concurso, pero solo 20 fueron seleccionadas. "Yo no presumo de conocer el trabajo de la poda", explica José Miguel, "porque es un trabajo muy subjetivo, cada uno le da una versión según le hayan enseñado y según la cepa... porque la cepa es la que manda, es la que va dirigiendo los cortes".
Y así, dirigido por una pasión que le lleva acompañando más de 40 años, José Miguel, el zapatero viticultor, se convirtió en el campeón de poda de este año.
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