Una mujer busca en Sevilla el colgante con las cenizas de su marido: "No deja de llorar"

El día que murió Juan Antonio todos sabían donde quería que descansaran sus cenizas. Pero antes de eso, su mujer Loli se guardó una pequeña parte y la metió en un colgante en forma de árbol de la vida. A él lleva cinco años aferrándose para superar la muerte de su marido y ahora que el colgante ha desaparecido siente que lo ha vuelto a perder.

"Es como si hubiera retrocedido cinco años", dice su hija Marta, que durante cinco horas estuvo buscando sin descanso el colgante por la casa de su madre en Dos Hermanas, Sevilla. "Mi hermano y yo miramos entre la ropa, en el baño, en los desagües, incluso retiramos los sofás...", pero nada.

Todo apunta a que el colgante se perdió en la calle cuando Loli iba a visitar a su hija este martes por la mañana. "Ahora con el frío suele llevar pañuelos al cuello", dice Marta. El trayecto de apenas 700 metros entre las dos casas de Dos Hermanas pasa por la barriada de la Moneda, la avenida de España y la de Ramón y Cajal.

Marta ha vuelto a hacer el recorrido con su hermano y su hija. "Hicimos el trayecto por las dos aceras, mirando en los arriates de los árboles, debajo de los coches, incluso, como el redondo, buscamos al borde de la carretera por si salió rodando...", pero tampoco apareció en el camino.

La opción que barajan ahora es que alguien lo encontrara y lo recogiera. "Entiendo que si alguien lo encuentra no va a ir preguntando de quién es", dice Marta. Por eso han hecho un llamamiento explicando lo importante que es el colgante para la familia, y sobre todo para su madre.

"Mi madre no deja de llorar en casa desde que lo perdió", dice Marta, que se siente impotente al no poder consolarla. "El colgante es muy importante para ella, siempre lo tenía agarrado, hasta se quedaba dormida sujetándolo", cuenta la hija de Loli a Informativos Telecinco. 

El colgante es de acero y aunque no han puesto denuncia, ya han acudido a la policía para dar una descripción por si apareciera. "No procedía poner denuncia porque no es de oro ni de plata", dice Marta, "no tiene ningún valor"... salvo para su familia, que no tiene precio.

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