Hace dos meses Juan se hizo un tatuaje con la única foto que tiene de su padre, un marinero de Isla Cristina que se fue a Tenerife a trabajar y allí se casó con su madre. "La última vez que lo vio tenía 5 años", dice Cathaysa, la mujer de Juan. La siguiente vez que supo de él ya tenía 13. Le dijeron que había muerto.
"Él siempre ha dicho que su padre es su ángel de la guarda", dice Cathays, y "se le quedó la espinita de no volver a verlo". Desde entonces ha intentado localizar a la familia paterna de la que solo sabía que eran de Isla Cristina, en Huelva. Han pasado cuatro décadas y por fin su sueño se ha hecho realidad.
Este fin de semana la mujer de Juan decidió a escribir a la página de Facebook 'El Mar de Isla Cristina'. "Envié dos fotos y pedí que las publicaran", dice Cathaysa. A los tres minutos, contestó una prima de Juan. "Es mi primo, tengo ganas de llorar", escribió, y a esa publicación siguieron las de más familiares de Juan.
Enseguida contactaron a través de Internet y luego por teléfono. Lo curioso es que la familia de Isla Cristina también estaba buscando a Juan. Incluso llegaron a viajar desde Huelva a Tenerife para localizarlo. Sin embargo, dos letras impidieron que dieran con él. "El apellido de la familia es Luis", dice Cathaysa, "pero aquí a Juan lo tuvieron que registrar como De Luis".
Ese 'De' pudo impedir hace varios años que las dos partes de la familia se encontraran, pero ahora por fin han conseguido localizarse. "Él está en una nube, está encantando", explica la mujer de Juan, "ellos son súper simpáticos y muy amables". Ya han puesto fecha para el reencuentro, será este verano.
"Es un final feliz", dice Cathaysa, "para una historia muy triste", la de toda una vida buscando a un padre que Juan nunca olvidó y que lleva tatuado en el pecho tal y como lo recuerda cuando tan solo tenía cinco años.