"Escribía en una de sus libretas que era una alumna de la escuela de mayores. Que cuando entró no sabia ni leer ni escribir y que después hasta escribía cartas, aunque no lo hiciera muy bien y añado… aunque tampoco tuviera a quien escribirlas puesto que no la dejaba relacionarse con nadie, ni familia, ni amigos, ni nadie…
Quiso aprender porque quería estampar su firma en el DNI y que no se vieran obligados a 'añadir' un 'no sabe' o le emborronaran el dedo con aquella tinta que además de mancharle la piel le manchaba el alma y su orgullo. Quería dejar su huella con un Ana Orantes que la significara en la vida, un 'aquí estoy' y un 'existo aunque me anulen'.
Y claro que vivió, todo lo que la dejó y lo que ella se pudo permitir en ese último año… y nació un 6 de febrero del 37. De una familia muy humilde pero inmensamente rica en amor y en valores.
Este año podrías cumplir 86 años. No sé que nos hubiera deparado el destino de haber sido distinto… si hoy por hoy te podría comer a besos como lo hacía, como lo hacíamos todos tus hij@s. Si me agarraría fuerte de tu brazo como de pequeña, tan fuerte que te hacía sudar, para no soltarme, para no perderte y que no me perdieras. No sé si seguirías a nuestro lado pero me gusta pensar que si… que seguirías cubriendo tus canas con ese color rubio ceniza que tanto te gustaba o quizá, tú que eras adelantada a tu tiempo y una moderna de la vida te atrevieras con un rosa o un lila.
Te oiría canturrear tus cancioncillas, esas que te salían de la garganta cuando pintabas ese cuadro que aún conservo. En esa foto tendrías la edad que yo ahora tengo y que mujeres tan distintas somos pero cuánto te parezco… o eso me gusta pensar. Cuando se cumplieron 25 años de tu ausencia acudí a homenajearte junto a Rafa a un programa y al terminar de maquillarme y rubia como iba, como a ti te gustaba, no pude por menos que mirarme a un espejo y exclamar un 'joder, me parezco a mi madre'…. Y que orgullosa me sentí y que orgullosa me siento.
Te puedo contar que pasan los años pero que cada vez te siento más presente y que la añoranza en ocasiones me acongoja y necesito respirar muy fuerte. Me resulta imposible no pensarte cada día y no nombrarte. Y te prometo que mientras viva no dejaré que tu memoria muera. Eres y serás lo más grande de mi vida, pasen los años que pasen y aunque la herida duela tanto que en ocasiones no pueda respirar…
Hoy vuelves a hacer historia en tu Granada, cerca de tu calle Elvira. Hoy todos y todas leemos este manifiesto con la firme convicción que con voluntad política y voluntad social lograremos erradicar esta violencia sistémica que es la violencia machista. Por todas las Anas Orantes del mundo. Ni una más".
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