En el caso del cura de Málaga, acusado de drogar a mujeres para violarlas, la juez rechaza que el obispado y la novia el sacerdote que fue la que destapó todo, se presenten como perjudicados. El acusado grababa las violaciones que fueron descubiertas por su pareja.
La magistrada ha rechazado que se personen como acusación particular la pareja del cura Fran y el obispado de Málaga y anticipa que tampoco los admitirá como acusación popular.
La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Vélez, que investiga los hechos, entiende que las perjudicadas con las cinco mujeres que aparecen en los vídeos, que fueron grabadas sin su consentimiento y agredidas sexualmente.
La jueza afirma que “resulta incuestionable que la inicial denunciante no ostenta en ningún caso la condición de perjudicada, ni tampoco de ofendida por los delitos indiciariamente cometidos por el investigado, sino que, de hecho, ostenta la condición de testigo”.
El auto destaca, según informa el diario Sur, que la joven fue la que localizó el dispositivo pen drive que contenía las imágenes de distintas mujeres, un hallazgo casual que permitió a la policía investigar los hechos y contactar con las víctimas, que optaron por interponer denuncias.
Respecto al Obispado, la jueza recuerda que en la persecución de los delitos contra la libertad sexual o contra la intimidad requieren de la interposición de denuncia de la persona perjudicada/agraviada, “denuncia que ya consta en las presentes actuaciones”.
La jueza aprovecha la resolución para rechazar también la “hipotética” solicitud de personación de la exnovia del cura y del obispado. Tanto a la mujer como a la iglesia la personación en el caso le daría acceso a las diligencias del caso, por tanto, de las investigaciones.
Fue la ya exnovia del cura quien acudió a la policía, tras haber ido al obispado, a llevar las imágenes que había encontrado en los archivos del sacerdote.
En ellas se ve al cura agrediendo, presuntamente, a cuatro mujeres inconscientes. Ninguna recuerda los hechos y supo de ellos cuando la Policía les contactó. La quinta mujer si tuvo relaciones consentidas con el sacerdote pero declaró que desconocía que estaba siendo grabada.