Las cigüeñas invaden los tejados y azoteas de un pueblo de Málaga: “Es raro no verlas en campanarios o nidos”

Hace días que en la localidad de Manilva se acumulan decenas de estas aves, ante el asombro de sus vecinos
La niebla y el levante parece haberlas obligado a hacer esta ‘parada técnica’ en su ruta migratoria a África
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MálagaHace días que los vecinos de Manilva (Málaga) están siendo testigos de un espectáculo asombroso e inusual. Decenas de cigüeñas han tomado los tejados de casas y edificios. Basta un vistazo hacia arriba para verlas alineadas sobre el skyline del pueblo, dejando una imagen totalmente nueva hasta ahora.
“Se hace raro no verlas en campanarios ni en nidos, sino subidas en cualquier tejado. Están por todas partes”, asegura a NIUS uno de los vecinos que, como la mayoría, observa boquiabierto a estos nuevos visitantes.
Desde el ayuntamiento de la localidad también muestran su asombro y aseguran que nunca habían vivido un fenómeno similar. “Estamos sorprendidos y buscando una explicación”, apuntan. Aunque parece que los bancos de niebla de los últimos días han podido ser la causa de que estas aves se hayan visto obligadas a realizar una parada técnica antes de cruzar el estrecho de Gibraltar.

Cada año, unos 30 millones de aves de diversas especies hacen la ruta entre Europa y África. La primera vez, en primavera, cuando se desplazan de sur a norte hacia sus áreas de cría. La segunda, en esta época del año, de agosto a octubre, cuando dejan Europa buscando lugares más cálidos donde pasar el invierno.
Suelen viajar en bandos grandes, aprovechando las corrientes de aire caliente que facilitan su travesía. “Se ve que les ha cogido niebla y levante, han tenido que parar para esperar y se han ido acumulando”, explica a NIUS Noelia Jurado, de la Plataforma Madre Tierra del Campo de Gibraltar.
La sequía y la presión urbanística está acabando con los humedales
Desde este colectivo, lamentan que la sequía y la presión urbanística está acabando con los humedales que son “fundamentales” para estas aves migratorias. “Cada vez hay menos lugares donde poder reponerse. La Costa del Sol está alicatada, apenas queda un metro sin construir”, lamenta Jurado. Por eso, estas cigüeñas tienen que hacer una parada donde les pille para recuperar fuerzas. “Y más teniendo en cuenta que, tras cruzar el Estrecho, tienen que atravesar el Desierto del Sahara”, recuerda.
El resultado: una imagen atípica y espectacular en esta localidad malagueña cuya explicación, sin embargo, tiene poco de bello, la cada vez más preocupante degradación de su hábitat.
