No se cuentan por decenas, ni centenas. En el barrio cordobés de Virgen Milagrosa, hay miles de gusanos. Estos molestos ‘inquilinos’ tienen a los vecinos y comerciantes desesperados. Cati, trabaja en una frutería, y se pasa el día barriendo las montañas que se forman en la puerta. Una imagen nada buena para un negocio de alimentación. “Llegan a entrar dentro del local”, se lamenta.
También Mercedes, propietaria de una peluquería, sufre las consecuencias. “Los tengo por todas partes. Se cuelan incluso por el techo y van formando montones en el suelo”, nos explica mientras sigue barriéndolos. Ella ya ha pasado el asco inicial, pero no sus clientas. “Imagínate sus caras cuando entran y ven esto. Le entran picores solo de verlos”, asegura.
A este paso, la peluquera va a terminar recogiendo del suelo más gusanos que pelos. Lo peor, advierte, será tras el fin de semana cuando el negocio permanezca cerrado. “No quiero ni pensar lo que nos vamos a encontrar el lunes al abrir. Montañas de gusanos”, se lamenta.
A principios del mes de julio, el Ayuntamiento taló varios olmos de la vía que se encontraban en mal estado. Fue poco después cuando los vecinos empezaron a notar la presencia de gusanos en calles, esquinas, jardines y en el resto de árboles. Un problema que ha ido a más. Muchos han dado queja al área municipal de Parques y Jardines como Francisco, de la Academia Educa2, que es otro de los afectados. “Han venido y han fumigado pero no ha sido suficiente, la plaga continúa”, explica.
A las 11 de la mañana arrancan las clases de apoyo en su centro y, diariamente, tiene que llegar con tiempo para barrer los montones de gusanos que se acumulan en la puerta. “Trabajamos con niños y esto no da una buena imagen del negocio”, insiste Francisco al que también preocupa que esta plaga acabe con los pocos árboles que les quedan en la zona para dar sombra.
Pero lo peor para estos vecinos puede estar por llegar. Cuando estos gusanos acaben su ciclo se convertirán en escarabajos voladores y entonces, lamentan, será aún más difícil mantenerlos a raya.