Choco, un dj rural para la España vaciada: "Pincho para cientos de personas en aldeas de 20 habitantes"

David Delgado es un dj en un pueblo sin discoteca y aun así es casi imposible contratarlo. "Tengo reservado todo el mes de julio y agosto", cuenta a NIUS. Y si mira la agenda para septiembre ya no le quedan libres ni viernes ni sábados... Es temporada alta para un dj rural en la España vaciada. 

Nació en Huelva y vivió en Sevilla, pero ahora reside en Valdezufre, una pedanía de Aracena con poco más de 300 habitantes. "Llegué aquí con mis padres cuando tenía 16 años", dice David, al que todos llaman Choco. "Me lo pusieron porque venía de Huelva y ya me quedé con ese apodo".

A Valdezufre ya llegó con su afición por la música. "Empecé pinchando en una discoteca de Aracena", explica. Luego siguió haciéndolo en fiestas, se bautizó como dj Choco y el boca a boca hizo el resto. Hoy su nombre cuelga de los carteles de verano de casi todas las fiestas de Huelva a Extremadura, pasando por Sevilla.

"Voy a muchos pueblos pequeños", dice David. La última vez ha sido en Acebuche, una pedanía de unos 40 habitantes... y no es ni mucho menos el lugar más pequeño en el que ha actuado. "Pincho para cientos de personas en aldeas de 20 habitantes", cuenta con orgullo a NIUS.

"Empiezas a las doce y acabas a las siete de la mañana"

A veces en carpas, otras veces directamente en la plaza central del pueblo, las diferencias con pinchar en una discoteca en la ciudad son muchas. "En una discoteca va por sesiones: llegas, pinchas dos horas y le toca a otro dj", comenta David, "aquí el 95% de las veces empiezas a las doce y acabas a las siete de la mañana".

No es la única diferencia, la música también es distinta. "En estas fiestas a primera hora de la noche está la gente mayor", dice David. Para ellos siempre lleva algunos pasodobles. Conforme avanza la noche los mayores se van y llegan los jóvenes. "Y ya te empiezan a pedir un poco de perreo", nos explica.

Otras veces le toca compartir escenario con orquestas o tríos musicales, actuar después de vaquillas o sacar el cañón de espuma que se ha comprado para amenizar sus sesiones. "Para navidades tengo un cañón de nieve y además hago fiestas de los colores", dice David, "hay que cambiar y ofrecer cosas diferentes para que la gente se lo pase bien".

El primero en disfrutar de cada fiesta es el propio David. "Yo me lo paso bomba cuando veo a todo el mundo bailando en la plaza". Además, los pueblos se vuelcan con él cada vez que los visita y no hay aldea donde no le pidan que se quede a dormir, a comer o le ofrezcan una casa y una ducha. "Te dan todo", cuenta a NIUS. 

Cuando pasa el verano, las fiestas se sustituyen por celebraciones y eventos. "Hago bodas, comuniones y hasta cumpleaños", dice David, que asegura que en los pueblos hay bastante trabajo por un dj... Y aunque no deja de soñar con pinchar algún día en discotecas de Ibiza o Marbella, no cambiaría Valdezufre por nada del mundo. "De aquí no me muevo", termina diciendo, "se está muy tranquilo".

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