El día que Pepe Pecino cumplió cien años se convirtió en el primer hombre de San Roque que lo celebra, al menos desde que tiene constancia el Ayuntamiento, que cada año regala a los centenarios del pueblo una placa, una insignia y un ramo de flores... y esta es la primera vez que se lo entrega a un hombre.
"La oficina de Estadística me ha dicho que, como mínimo, hace diez años que ningún hombre los cumple", asegura Paco Pecino, el hijo de Pepe, "hasta ahora solo había centenarias en el pueblo". Las únicas que habían llegado a esa edad en San Roque eran mujeres.
"Lo celebramos juntándonos toda la familia", cuenta Paco. Solo faltó uno de sus seis hijos. Pepe tiene además nueve nietos y seis bisnietos. La última, Martina, nació el viernes y la conoció en la fiesta de cumpleaños. "Le habían dado el alta hacía tan solo unas horas", explica su hijo, "y se emocionó mucho al verla".
Fue el mejor de los regalos, pero no el único porque a Pepe sus nietos le entregaron una placa, le regalaron ropa y varios relojes. "Con tanta familia hay muchos regalos", dice Paco, tantos que no los recuerda todos.
Ganadero de reses bravas, como lo fue antes su padre y su tío, Pepe goza aún de buena salud, aunque la memoria ya le empieza a fallar. "Él camina solo y vive en su casa donde le cuida una mujer", explica Paco. Cuando su cuidadora descansa son sus hijos los que se turnan para estar con él.
El domingo, toda su familia estuvo junto a él cuando sopló las velas de sus cien años. "Ahora que hemos conseguido un siglo de vida", le dijo su hijo, "vamos a apretar un poquito y vamos a por el otro". Y Pepe afirmó con una gran sonrisa... A ver ahora quién le pilla.