El último adiós al 'tito Guido', el holandés que dormía en las calles de El Ejido: "Era un alma libre"

Hay un parque en El Ejido donde hoy nadie juega y los niños gritan un nombre que a todos les suena. Guido, el holandés que pasaba allí las tardes con sus dos únicas compañeras, una guitarra y Blanca, su perra. Ahora ya no está, y todas las canciones que este sintecho les regaló durante cinco años se han convertido en pena. 

"Era un alma libre", dice Vanessa Martínez, una de las vecinas que hoy llora su pérdida. Desde que salió de Holanda, Guido van Loo, de 41 años, había viajado por varios países, como Italia y Marruecos. Sin embargo, fue en el sur de España donde encontró un lugar que le enamoró. Y así pasaba la primavera y el verano en El Ejido y el resto del año en la costa de Motril.

"Aquí había encontrado amigos y una familia", dice Vanessa. Por la mañana siempre estaba por la zona del Bulevar de El Ejido. Allí sacaba algo de dinero a cambio de sus canciones. Luego se iba por la tarde al parque que hay junto del pabellón de deportes y allí poco a poco se fue ganando a todo el mundo.

"Yo lo conocí hace tres años en ese parque", dice Vanessa. A su hijo Rubén le encantan los perros y se acercó a saludar al de Guido. "Empezamos a hablar y aunque estaba expectante porque no lo conocían de nada, en el momento en el que te acercabas te daba paz y te regalaba una sonrisa".

El hijo de Vanessa se hizo amigo de él y otros niños siguieron sus pasos. "Muchas tardes Guido tocaba la guitarra y veías a todos los niños haciendo un corro alrededor suya", cuenta a NIUS. Cada uno lo llamaba de una manera diferente: Guido, Guijo, el tito Guido... pero todos querían tenerlo cerca cuando llegaban al parque. 

Como cada tarde, el pasado jueves, Rubén, el hijo de Vanessa, se acercó a Guido para hablar con él, pero no respondía. Enseguida llamó a su madre que se dio cuenta de que había fallecido. Desde entonces el parque donde dormía y pasaba sus tardes, se ha convertido en un altar donde los vecinos de El Ejido le recuerdan con fotos, velas y dedicatorias.

Una de las familias que iba a verlo al parque con frecuencia se ha quedado con Blanca, su perrita, y Vanessa ha localizado en Holanda a la familia de Guido, que llegó el pasado fin de semana a Almería. Agradecidos al ver cómo los vecinos se han volcado con él, su madre y su hermana están participando en los homenajes e intentan recopilar fotografías y vídeos de años de Guido en El Ejido para llevárselos de recuerdo.

La autopsia ha certificado que la muerte de Guido fue por causas naturales y mañana su familia procederá a la incineración. Las cenizas de Guido viajarán hasta Holanda, pero antes quieren hacerle una última despedida en Almería de 16:30 a 18:30 en el tanatorio que hay en la localidad junto al Copo.

"Como dice mi hijo, su misión era hacernos sonreír y vernos felices a todos", dice Vanessa, "y cuando lo ha cumplido se ha ido a otro sitio". Pero allí, en el parque donde Guido pasaba sus tardes y sus noches, aún cuesta volver a sonreír.