El pequeño Samuel iba de camino a casa de su abuela en el barrio sevillano de Triana. De repente algo brillante en el suelo le llamó la atención. Era una alianza de oro... Y sin decírselo a nadie, la cogió a escondidas de su familia y se la guardó en el bolsillo para regalársela a su madre, que había perdido la suya el pasado verano en Chipiona.
Esa misma noche, Samuel de solo diez años, se presentó ante sus padres con la alianza en una cajita que él mismo había preparado. "Fue muy bonito", dice Mario, el padre de Samuel, "pero le explicamos había que devolver el anillo porque tenía un dueño que si pondría muy feliz si lo encontraba".
Samuel no solo lo entendió, sino que se ha implicado en la búsqueda del propietario del anillo. "Papi, ¿sabemos algo de la alianza?", repite a todas horas. "Viene del cole y pregunta, viene de entrenar y pregunta", dice su padre, que ve a su hijo ilusionado con encontrar al propietario. "Le he dicho que si aparece quiero que devuelva él la alianza porque fue él quien la encontró".
De momento son muchos los que le han escrito después de que Mario publicara una foto del anillo en su perfil de Facebook. "Hay mucha gente que escribe muy ilusionada esperando que sea su alianza perdida". Entre ellos, Mari Carmen que esta misma semana contó a NIUS que buscaba el anillo de boda de su madre de 1950.
"Otros ves que escriben con cierta picaresca", cuenta Mario, "ha habido gente que he me ha dicho hasta tres fechas distintas para demostrar que es su anillo". La fecha y el nombre inscritos en el interior de la alianza revelará nquién es su verdadero dueño. De momento, no ha aparecido el propietario, pero el pequeño Samuel y sus padres no pierden la esperanza. "Somos muy positivos", cuenta Mario a NIUS, "seguiremos buscando hasta que aparezca".