Óscar Molina tiene 41 años y hace tres que la vida le dio una segunda oportunidad. "Tenía todo para arrojar la toalla y, tras pelear contra mi mismo toda la noche, a las 6:45 de la mañana, me subí a una bicicleta estática durante dos minutos", cuenta a NIUS. Esos dos minutos marcaron la diferencia entre seguir viviendo o morir.
Porque este vecino de Fuerte del Rey (Jaén), con una discapacidad intelectual del 38%, pesaba 232 kilos y estaba sumido en una profunda depresión. "De la cama al sofá y del sofá a la cama", recuerda. Todo, consecuencia de varias pérdidas familiares repentinas. "Mi padre murió atropellado mientras entrenaba con su bicicleta", se lamenta. También su hermano en apenas un mes, por una infección; y su sobrino, por un cáncer. "Yo no quería vivir. Era la opción fácil y cobarde", señala.
Pero esa madrugada, Óscar eligió la vida y el deporte. Un salvavidas para salir del infierno en el que se había convertido su existencia. De los dos minutos en la estática fue, poco a poco, superándose. En apenas un año, había conseguido perder 156 kilos. "Y de forma natural porque las dietas milagro no existen. Solo tengo un poco bajo el hierro", bromea.
Conseguido eso, ¿qué reto podría resistírsele? Óscar decidió hacer el Camino de Santiago desde su pueblo en tiempo récord: 1.210 kilómetros en 50 días. Luego vendría la Maratón de Sevilla que se preparó en apenas 3 meses. Y de ahí, a su verdadera pasión: las carreras trail por montaña. "Un deporte cuyo primer motivo de descalificación es no ayudar a un rival en problemas, dices: aquí es donde quiero estar", señala.
Mientras más kilómetros hacía, mejor se sentía. Y, sin miedo a nada, se atrevió con una ultramaratón de montaña, La Desértica. Más de 70 kilómetros atravesando los bellos y duros paisajes almerienses, que completó en 8 horas y 57 minutos.
Óscar es primer campeón provincial en media maratón trail para personas con diversidad funcional. También actual campeón de Andalucía máster de Cross y subcampeón en pista de 10.000 metros lisos de la Federación Andaluza de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual (FANDDI). Su próxima meta, la tiene clara. "Estar bien conmigo mismo”. También conseguir la mínima en el próximo Campeonato de España para optar al campeonato europeo.
El secreto: mucha disciplina, constancia y fuerza de voluntad. “No existen las dietas milagro, solo ser fiel a ti mismo”, insiste. Con sol o lluvia, frío o calor, con ganas o sin ellas, Oscar entrena cada día un mínimo de dos o tres horas. Atrás quedaron los días de cama y sofá sin ganas de vivir. No hay barreras ya para este jiennense que se considera igual que cualquiera. “Si me pongo en la misma línea de salida que los mejores, hago los mismos kilómetros y con la misma dificultad, ¿por que tengo que ser diferente, aunque mi capacidad intelectual sea menor? Ha venido así la vida y ya está”.