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Las historias bullen en la cabeza de Izan. “Me meto en mi mundo y es como si le prestara mi mente a una película”, nos cuenta este joven sevillano que, a antes de cumplir 15 años, ya ha publicado su primer libro. “Nunca imaginé que podría hacerlo”, reconoce. Porque, además, este escritor novel tiene un trastorno del espectro autista (TEA).
La idea de escribir comenzó cuando sus profesores del Aula Específica del instituto lo animaron a plasmar las historias de su imaginación en papel y poder así compartirlas con los demás. Como a Izan le cuesta escribir, directamente las dictaba. Por la mañana, a sus maestros. Por la tarde, a Patricia, su madre.
Después, con la ayuda de un lector de voz, consiguió hacerlo por sí mismo. “Se encierra en su habitación y no quiere que nadie lo moleste. Puede estar media hora o toda la tarde. No controla los tiempos”, nos cuenta Patricia. Y así fue dando forma a cada uno de los capítulos de 'El Club Z', una obra de ficción sobre el valor de la amistad "para conseguir que el bien triunfe", publicada por Círculo Rojo.
Una historia que, aunque no es autobiográfica, lleva un poquito de su autor. “Se identifica con David, uno de los protagonistas que tiene dificultad para relacionarse con los demás”, nos cuenta su madre, que reconoce que, por su trastorno, Izan es un niño que habla poco y al que le cuesta hacer amigos. “Siempre está conmigo y su mejor amiga es su prima”, apunta. Por eso, esta obra literaria ha servido para expresar todo lo que lleva dentro y abrirse a los demás. “Tenía una frustración muy grande, estaba triste, en su mundo, no quería nada con nadie y, gracias al libro, mucha gente lo ha conocido y se interesa por él. Se ha dado cuenta de que sirve para algo y de que lo valoran”.
Hasta su madre está sorprendida de su talento. “Sabíamos de su imaginación y creatividad, pero pensábamos que era incompatible con su dificultad para leer y escribir. He alucinado con la manera de expresarse y de transmitir los sentimientos de cada personaje”, reconoce. Porque Izan tiene todo un universo creativo en su mente. Solo le hacía falta ayuda para canalizarlo. “Ya desde pequeño escribía a su manera, con flechas, rayas y símbolos, como un jeroglífico que solo entendía él. Alguna vez, sin querer, he tirado algún papel y se ha enfadado porque era una de sus historias”, cuenta Patricia.
Pero la verdadera vocación de Izan es la interpretación. “Quiero ser actor y hacer Arte Dramático”, nos cuenta. Izan no lee los guiones, él los escucha y se los aprende de memoria. “A la segunda vez, ya se lo sabe”, dice su madre.
Su sueño sería que algunas de sus historias llegaran al teatro o a la gran pantalla. “Si Tim Burton lo conociera, fliparía”, asegura su madre. Él, de momento, solo quiere hacer lo que le gusta y, de paso, dar ejemplo. “Hay más chicos como yo que todavía no han visto que tienen un talento. Yo he descubierto un lado de mi que sabía que tenía pero no imaginaba que pudiera llegar a escribirlo en un libro”, reconoce.
Mientras llega ese momento, su mente no descansa. “No es que quiera hacerlo, no lo controlo”. Y por eso, ya está inmerso en la segunda parte de su libro. Aunque, para que sus historias vean la luz, es importante que consiga vender bastantes ejemplares de su obra. “Publicar un libro es muy caro para una familia humilde como nosotros y solo podemos hacerlo si conseguimos dinero del primero”, explica su madre que hace un llamamiento. Del 21 al 23 de abril, Izan firma su obra en la Feria del Libro de San José de la Rinconada, de 18.00 a 20.00 horas. Un joven con un don que solo desea que su autismo no le impida cumplir su sueño.