El SOS desesperado de la familia de Víctor, con autismo e hiperactividad: “Tememos por su vida"

A sus 13 años, Víctor mide más de 1’70 y pesa casi 100 kilos. Tiene una fuerza descomunal, dicen sus padres, y lo peor, “no la controla”. Por eso, esta familia de Dos Hermanas (Sevilla) lanza un SOS desesperado. El menor, que padece un trastorno de espectro autista severo (TEA) e hiperactividad, requiere una atención que, desde hace meses, ellos no pueden darle.

Tememos que algún día ocurra una desgracia. No podemos más, estamos desesperados”, reconoce Antonio, su padre. Hace 6 años que dejó su trabajo para dedicarse 24 horas a Víctor, pero la situación ha llegado al límite. “Va cada vez a peor. Salir a la calle con él es imposible. Intenta cruzar, se lanza a los coches y no podemos físicamente con él", lamenta. En momentos de crisis, son necesarias hasta varias personas para inmovilizarlo.

Hace unos días, vivieron uno de estos episodios en plena calle y tuvo que intervenir el 061 y la Policía Local. Unas imágenes que estos padres compartían en redes sociales para dar visibilidad al problema al que se enfrentan a diario. “Para nosotros es muy triste y penoso que nuestro hijo se convierta en un espectáculo en la calle. Es denigrante”, lamenta Julia, su madre. Pero es la realidad de estos padres que aseguran estar agotados.

Cuando están en casa, la situación no mejora. Víctor necesita salir a la calle por su hiperactividad. De lo contrario, su ansiedad aumenta, se vuelve agresivo, se autolesiona o le da por comer de manera compulsiva. “Si se lo impedimos, se enfada y se pone peor. Ya llega un punto en el que te rindes y tiras la toalla, pero no podemos dejarlo”, insisten sus padres.

En lista de espera para un centro 24 horas

El menor acude al colegio Ciudad San Juan de Dios de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), cada mañana. Algo que, en su situación, es "insuficiente". Por eso, están en lista de espera para conseguir una plaza en este mismo centro que dispone de una Escuela Hogar donde podría tener atención 24 horas al día.

“Tras el horario lectivo, pasaría al hogar donde tendría a sus monitores que les dan paseos, la cena, les acuestan,... Sería la mejor solución para él porque necesita un sitio en el que atiendan sus necesidades y tener unas rutinas muy marcadas”, piden estos padres que, dada la gravedad de su circunstancia, necesitan una respuesta urgente. "Es un niño, necesita salir, no podemos tenerlo encerrado", insisten sus padres que aseguran estar viviendo "un infierno".

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