El legado de Manolita Chen: "No quiero que se me recuerde como una mujer trans... solo como una mujer"

Antes de que llegaran las leyes y los derechos, hubo en Cádiz una mujer que se enfrentó a todo. Se llama Manolita Chen. Hoy, con casi 80 años, es un ejemplo de la lucha por las libertades, pero hace cuatro décadas era un enemigo para el Estado, una vergüenza para su pueblo y un problema para su familia... y todo porque Manolita había nacido siendo niño.

Su infancia en los años cuarenta no fue fácil. Entonces se llamaba Manuel y su madre insistía una y otra vez en convertirla en el hombre que no era. "No te depiles tanto, no te pintes tanto, no te quitas, no te pongas...", recuerda que le decía, "y como digas que quieres jugar con las niñas te voy a matar". 

Aún así, María Muñoz suplicó por su hija cada vez que la detenían. Se hincaba de rodillas antes los agentes y decía: '"No llevarse a mi Manolo que él no ha hecho nada". Pero se la llevaban. Cada vez que había fiestas en el pueblo, a Manolita la detenían y la apartaban como aquello que se esconde para que no moleste cuando vienen las visitas a casa.

"No quería que me pegaran ni que se rieran de mi", dice Manolita, "por eso hasta me buscó una novia". Sin darse cuenta, su madre la defendía y la atacaba al mismo tiempo, pero nunca la llamó Manolita. "Ni en la hora de su muerte al despedirse", cuenta a NIUS con comprensión, "ella nació en 1910, y nunca aceptó que tuviera genitales y fuera una niña".

Esa niña creció y se convirtió en Manolita Chen, una vedette que actuaba con éxito dentro y fuera de España. Durante un tiempo perteneció a las compañías de Juanito Navarro como segunda figura tras Bibiana Fernández en el popular espectáculo "Una vez al año no hace daño". También acompañó a Lola Flores y Juanito Valderrama y llegó a crear su propia compañía con el nombre de Manolita Chen. Nada de esto impidió que siguieran arrestándola en aplicación de la Ley de Vagos y Maleantes.

El rencor no tiene hueco en la historia de Manolita, que en los años ochenta cuenta que fue la primera persona en España que cambió el género en su DNI. "Lo conseguí con la ayuda del presidente de la Diputación de Cádiz, Alfonso Perales", dice Manolita, "me mandó a una oficina de Sevilla con una partida de nacimiento donde ponía Manuela". Hoy recuerda a los policía sonreír mientras le decían que ellos tenían otra partida donde ponía Manuel. "Pues ahora soy Manuela", les respondió.

A cada obstáculo que le pusieran en el camino, Manolita encontraba la forma de superarlo. También en 1985 cuando decidió adoptar. "Dijeron que deberían darme mejor palomas de la plaza de San Antonio de Cádiz", pero Manolita no se rindió y se convirtió en la primera madre adoptiva transexual de España.

Referente lucha LGTBI

Desde entonces había colas en su casa para saber cómo cambiar el DNI o qué hacer para adoptar. Sin buscarlo, Manolita se había convertido en un referente de los derechos LGTBI y empezó a participar en las primeras manifestaciones del país para apoyar la causa.

Actualmente, Manolita es miembro de honor de varias asociaciones LGTBI y ha recibido numerosos reconocimientos, entre ellos el Premio +Social 2020 de la Junta de Andalucía. Además, ha creado la Fundación Manolita Chen, que en colaboración con Inserta Andalucía cuenta con una casa de acogida para personas perseguidas por su condición LGTBI.

"Todavía hay gente ahí fuera que si pudiera nos daba dos tiros", dice Manolita, que reconoce que se ha avanzado mucho "gracias a tantas manolitas que llevamos tanto tiempo luchando". Hoy, desde el mismo pueblo en el que creció entre burlas e insultos, sigue su lucha y ya ha fijado su próxima batalla... su legado: "No quiero que se me recuerde como una mujer trans... solo como una mujer".

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