La vuelta a la infancia con 90 años de Ingrid y Georgine, las amigas del Colegio Alemán de Málaga separadas por la II Guerra Mundial
Tenían cuatro años cuando Ingrid Schröder y Georgine Küstner, fueron por primera vez al Colegio Alemán, por entonces ubicado en Málaga
Cuando cumplieron doce, acabó la Segunda Guerra Mundial y les cerraron el colegio, lo que supuso la separación de estas íntimas amigas
Desde hace cinco años, con las dos viudas, han vuelto a reencontrarse: "Ella viene a mi casa y sin protocolos, es mi mejor amiga", reconoce Georgine
Ingrid Schröder y Georgine Küstner, la primera con 90 años y la segunda a punto de cumplirlos, son amigas desde hace 86 años. Entre el revuelo de niños y niñas el primer día de clase, recuerda Ingrid, que le dijeron “agárrate a una compañera para entrar y me agarré a Georgine, hasta el día de hoy”, relata. Tenían cuatro años cuando fueron por primera vez al Colegio Alemán, por entonces ubicado en Málaga capital. Cuando cumplieron doce, acabó la Segunda Guerra Mundial y les cerraron el colegio, lo que supuso la separación de estas íntimas amigas. Ahora, tras quedar viudas, vuelven a estar juntas.
El contexto histórico, una Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, han marcado la historia de estas amigas. Quizá una, nunca habría llegado a España. “Nací en Madrid, luego estuve con mi familia unos meses refugiada en Alemania durante la Guerra Civil y luego llegamos a Málaga”, relata Ingrid. Esta fue la ciudad que escogieron sus padres, alemanes, para tratar de darles un futuro mejor a ella y a sus hermanos. Entró entonces en el Colegio Alemán donde conoció a Georgine el primer día de clase.
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Georgine, de padre alemán y de madre nacida en Montevideo, también nació en España. En su casa apenas se hablaba alemán pero toda la familia estudió en el mismo colegio. “Era precioso, una casa antigua, con grandes jardines”, recuerda. Las dos amigas coinciden en que fue una etapa muy bonita, llena de felicidad en un colegio donde se divertían. La inocencia de ser niñas, dicen, no les permitía ser conscientes de la guerra: “Nos llegaba propaganda y cartas de nuestras familias pero no nos dábamos cuenta de lo que pasaba”, señala Ingrid.
En mayo de 1945, cuando ellas tenían 12 años, fueron al colegio como cada día y lo encontraron cerrado. “Alemania había perdido la guerra y cerraron todos los colegios alemanes en España”, relata. No hubo más explicaciones. Aquí, las íntimas amigas, tomaron rumbos diferentes. Cada una fue, al siguiente curso, a un centro español. “De estar todo el día juntas pasamos a casi no vernos, pero fue la mejor amiga de mi infancia", reconoce Georgine.
Por asuntos del azar, las dos se casaron con dos jóvenes que también eran amigos, aunque esto no evitó el distanciamiento entre ellas. Ingrid se fue a Madrid, donde sigue residiendo, y Georgine se quedó en Málaga. Durante todos estos años una nunca se olvidó de la otra, aunque no tenían relación. Desde hace cinco años, con las dos viudas, han vuelto a reencontrarse. “Esta amistad tan profunda la hemos recuperado ahora, nos transportamos a nuestra infancia”, dice Georgine. Tanto es así que Ingrid suele viajar hasta Málaga para pasar tiempo con su amiga. 86 años desde que se conocieron y media vida separadas, dan para hablar durante horas y horas de las vivencias de cada una. "Ella viene a mi casa y sin protocolos, es mi mejor amiga", reconoce.