La odisea de Cristina para ir al baño en silla de ruedas durante un concierto en Sevilla: “Iba encharcada, fue humillante"
Entre lágrimas, esta mujer denunciaba en sus redes sociales la “penosa” situación vivida el pasado sábado en el Palacio de Deportes de Sevilla
El recinto no disponía de un baño adaptado y estuvo casi una hora dando vueltas
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Hace 3 años que Cristina Muñoz va en silla de ruedas por una infección bacteriana que le afectó a la médula. Una circunstancia que, intenta, no la condicione. Sin embargo, el pasado fin de semana esta madrileña, afincada en Sevilla, vivió una de las peores experiencias de su vida sobre cuatro ruedas.
“Ha sido la primera vez en 3 años que he llorado por algo así. Realmente me hicieron sentir que era menos válida que cualquiera”, se lamenta. Ocurría en el concierto de música de los 80 y 90 que se celebraba en el Palacio de Deportes de Sevilla. “Compramos las entradas en zona VIP porque era el sitio más adaptado a mis circunstancias”, cuenta a NIUS.
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Sin embargo, nada más llegar, primer error: cuatro escalones para acceder a la zona asignada. “Entro todos me ayudaron a subirlos”, apunta. Un detalle sin importancia, dice Cristina, sabiendo lo que vendría después. “Llega un momento en el que necesito ir al baño, pregunto y me dicen que están instalados fuera del recinto”, explica. Y no solo eso, no están adaptados para personas con movilidad reducida.
Casi una hora buscando un baño
Comienza así la odisea de Cristina que se pasa casi una hora dando vueltas y conteniéndose las ganas hasta que un trabajador le abre su propio despacho para que acceda al baño. “Ya era tarde. El pañal se había desbordado, la silla de ruedas chorreaba, catastrófico”, lamenta esta mujer que asegura que fue humillante y que se sintió “peor que un perro”.
Así lo que iba a ser una tarde de diversión junto a amigos y familiares, terminaba convirtiéndose en una pesadilla. “Frustrante, penoso, vergonzoso y muy triste”, explica Cristina que no tiene palabras para describir la situación que vivió. “Hacemos un esfuerzo, cada día, por afrontar la vida con la mejor actitud y, de repente por algo que no está, en tus manos te ves así”, lamenta.
Asegura que llamó a la Policía Local, pero no acudieron. “Esto no va a quedar así, vamos a denunciar al organizador del evento”, apunta Cristina que, sin embargo, anima a los que como ella viven sentados en una silla de ruedas a que no se rindan ni tiren la toalla. “La silla de ruedas no limita”, sigue defendiendo, a pesar de las barreras.