Los investigadores le llamaron ‘Operación Tortuga’ porque los hechos por los que se inició la investigación ocurrieron en el Lago de las Tortugas, en Marbella. Allí, el 20 de septiembre, tres hombres estaban pescando cuando un grupo de personas comenzó a dispararles desde un coche en marcha. La intención, estaba clara. Aquel grupo quería matarlos. Tras meses de investigación, la Policía Nacional ha esclarecido este suceso y ha desarticulado una red de sicarios que, según las fuentes, habrían llegado hasta la ciudad para llevar a cabo homicidios por encargo.
Seis personas procedentes de Reino Unido -al menos dos de ellos son naturales de Londres- han sido detenidas como presuntos responsables de una retahíla de delitos que ponen en evidencia la peligrosidad del grupo: pertenencia a organización criminal, asesinato, depósito de armas de guerra, tenencia ilícita de armas, falsificación y receptación. Con estas detenciones se da por cerrada la investigación policial, de la que conoce el Juzgado de Instrucción número 4 de Marbella, sobre la tentativa de asesinato de las tres personas que pescaban en el Lago de las Tortugas.
Para los investigadores, eran sicarios. Las herramientas incautadas y las múltiples gestiones de investigación, lo dejaron claro. “Extremadamente violentos”, señalan las fuentes policiales. Con numerosas armas de fuego e incluso de guerra para llevar a cabo los homicidios por dinero. Según las fuentes, el modus operandi de esta red apunta a que una vez elegían a sus víctimas, contaban con medios técnicos que les permitía conocer sus movimientos y así poder elegir el mejor momento y lugar para actuar con total impunidad. Utilizaron un coche sustraído con placas falsas para dirigirse al lugar donde iban a acabar con la vida de sus objetivos.
Se han practicado registros en las localidades de Marbella, Estepona, Fuengirola y Coín donde los agentes han intervenido cuatro pistolas, un revólver, un subfusil, 300 cartuchos de diverso calibre, varios machetes, dos pistolas táser, chaleco antibalas, pasamontañas, bridas, GPS, inhibidor, un vehículo y 300 pastillas de éxtasis-MDMA, entre otros efectos. Todas las armas intervenidas se encontraban municionadas y dispuestas para disparar. Durante uno de los registros, uno de los investigados encañonó con un arma a los agentes hasta que tras varios disparos intimidatorios efectuados por los policías consiguieron frenar sus intenciones.
Los arrestados ya han sido puestos a disposición de la autoridad judicial competente que ha decretado el ingreso en prisión de dos de los arrestados.