Pepuka, la muñeca de la gaditana Estela Moreno que visita los colegios para prevenir la violencia de género

  • Estela Moreno se refugiaba en 'Pepuka', una muñeca con la que canalizaba sus emociones, cuando era víctima de la violencia de género

  • Inventó un cuento relatando su propia historia que ahora comparte con cientos de niños y niñas en los colegios

  • Pepuka tiene ya más de siete premios por todas las sonrisas que ha conseguido recuperar en sus cinco años de trayectoria

Cuando Estela Moreno inventó en su imaginación a ‘Pepuka’ para salir adelante del monstruo de su expareja, no imaginó que aquella muñeca se haría realidad hace cinco años y que recorrería cientos de kilómetros para ayudar a miles de personas. Esta gaditana de nacimiento, sevillana de adopción y pedagoga de profesión le dio forma al cuento de ‘Pepuka y el monstruo que se llevó su sonrisa’ para relatar su propia experiencia como víctima de la violencia de género. 

A día de hoy, su historia en forma de cuento se ha convertido en un proyecto educativo para prevenir la violencia de género desde la infancia. Estela comenzó leyendo el cuento en el colegio de su hijo, en Sevilla, y ya recorre centros de todo el país para enseñar a los más pequeños: “Es una muñeca que un día se enamora de un monstruo, al principio todo es fantástico y maravilloso, hasta que un día el monstruo la empieza a tratar mal, la insulta, le dice fea y tonta, hasta que acaba quitándole la sonrisa”, relata Estela Moreno a NIUS. 

Pepuka vive junto al Monstruo la experiencia más difícil de su vida: la pérdida de su sonrisa. Para salir adelante, cuenta con la ayuda de sus queridas mascotas que la acompañan en la aventura de recuperar su esencia y la felicidad. “A través de Pepuka ayudamos a niños y niñas a detectar señales de violencia y prevenirlas”, relata Estela. 

Pequeños identificados con la historia

En su paso por los colegios, tras leer el cuento, reflexiona con los niños sobre qué ha pasado en la historia. “Además de visibilizar, les ayuda a poner palabras a situaciones que pueden estar viviendo”, explica. De hecho, más de un niño ha relatado que en su casa pasa lo mismo que en el cuento: “A veces ellos no tienen palabras para expresarlo o, incluso, sienten vergüenza y no saben cómo decirlo pero, cuando lo ven aquí, lo identifican enseguida”. Los niños y niñas aprenden con este cuento a identificar emociones como la ira, el enfado, la alegría, la tristeza; los valores de la amistad, el egoísmo, la tolerancia, el respeto, la autoestima y los autocuidados.

Este proyecto que, comenzó enfocado al alumnado, también forma a docentes. “Los profesores necesitan saber cómo tratar este tema con sus alumnos, necesitan herramientas para abordar la violencia de género en la escuela”, señala. Por esto, Pepuka cuenta ya con una guía didáctica sobre cómo abordar en la primaria infancia la violencia.

Pepuka tiene ya más de siete premios por todas las sonrisas que ha conseguido recuperar. “Solo la educación puede acabar con la violencia de género”, reconoce Estela Moreno, quien decidió compartir su historia para aportar su granito de arena a una sociedad que todavía convive con muchos monstruos.

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