"El riesgo existe mientras exista el maltratador", así de claro habla Susana (nombre ficticio), una de las 723 mujeres que está catalogada como de riesgo alto o extremo en España dentro del Sistema de Seguimiento Integral en los Casos de Violencia de Género (VioGén). "A mí la policía me ha hecho seguimiento, al principio era cada semana, luego cada mes y poco a poco va bajando el nivel de riesgo según pasa el tiempo. No sé cómo miden 'ese riesgo', ni cómo te catalogan, pero yo creo, que el riesgo de que pueda matarme seguirá existiendo mientras él esté".
Susana también, ha estado con el Atenpro, el dispositivo más extendido en la protección de víctimas en España (17.281 mujeres lo llevan encima). Es un servicio que ofrece a víctimas de violencia de género un terminal móvil que le permite estar en contacto con un centro de atención que ofrece una respuesta rápida, las 24 horas del día, los 365 días del año y sea cual sea el lugar en que se encuentren. "Si estás en situación de peligro o ves a tu maltratador cerca, pulsas un botón, te localizan y envían a la policía. Pero, lo más importante, lo que de verdad me ha hecho estar un poco más tranquila son las medidas de autoprotección".
Susana lleva años mirando hacia atrás, siempre, todos los días de su vida. "Mi hijo me decía: 'pero mamá, ¿por qué miras a todos lados, si no hay coches?'". Vivir con miedo es algo que no se ha podido quitar de encima, por eso insiste en la autoprotección, medidas "que vas construyendo tú misma" para sobrevivir y con la ayuda de las asociaciones. "Ir siempre acompañada, nunca estar a solas con el agresor, cuando tienes un hijo la cosa es más complicada todavía, porque él tiene derecho a verlo. Me he cambiado cuatro veces de casa, no tengo redes sociales, siempre llevo a cuestas todos mis documentos por si tengo que salir huyendo, en el móvil llevo grabado los teléfonos mas importantes para llamar en cuanto vea peligro, tener cuidado en quién confías y a quién consideras tu amigo, no dar nunca ninguna información, a nadie... Todo esto me da algo más de tranquilidad", cuenta Susana.
Según los datos facilitados por el Ministerio del Interior, actualmente el sistema VioGén, tiene activos 70.000 casos de mujeres de las cuales 31.161 tienen están considerados de algún nivel de riesgo. 17 de ellas se encuentran en riesgo extremo y 706 en riesgo alto, con medidas de protección reforzadas. En el caso de las 17 mujeres en las que se observa un riesgo extremo, éstas cuentan con protección física permanente, mientras que las 706 que tienen un riesgo alto tienen seguimiento personal continuado, tanto ellas como sus hijos.
En este último mes del año, nueve mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas y hay otros tres casos en investigación -en Soria, Bilbao y Escalona (Toledo). Además, Igualdad ya ha confirmado como violencia de género el asesinato de una joven de 20 años apuñalada este miércoles por la expareja de su madre en Madrid. Son 49 asesinadas en lo que va de año, una más que en 2021, el 22% solo en diciembre, el mes más negro desde que hay registros en violencia machista.
A Susana su pareja nunca paró de amenazarla, hasta que una noche le puso una almohada en la cara hasta casi matarla. Se defendió con gritos, patadas y arañazos y consiguió librase, pero tardó dos años en poder salir del infierno. "Me decía: 'si te vas y te llevas al niño, será lo último que hagas'. Ya sé que es difícil decirlo, pero una vez asumido que eres víctima de la violencia machista, que puedes morir, lo único que hay que hacer es salir de ahí. Da igual que tengas un trabajo, una hipoteca, una casa, lo importante es salvar tu vida y la de tus hijos. Mejor no tener padre que tener 'ese' padre. Huye, escapa y empieza de cero. Te vas a la ruina, en la mayoría de los casos, pero mi libertad valía más", dice.
Susana explica que sin ayuda es muy complicado hacerlo, "hay que trabajar mucho psicológicamente para darte cuenta del hoyo en el que estabas metida". Ella se fue con una mano delante y otra detrás y poco a poco consiguió ir teniendo una nueva vida, aunque siempre mirando hacia atrás. "Tienes que buscarte tus herramientas, aunque estés protegida siempre hay oportunidades, mira las 12 mujeres asesinadas este mes, la mitad habían denunciado. Nunca vuelvas a tener contacto con él, ve a terapia, pide ayuda, trabaja en ti, en salir adelante".
Por eso cree, que la forma en que esta situación puede cambiar es creando unos centros de acogida para ellos. "No para las mujeres y los hijos, si no para los maltratadores. Para que hagan terapia, un seguimiento, les ayuden psicológicamente. La cárcel, al final no sirve de nada, siguen acumulando odio. Cuando una persona está en riesgo de ser asesinada hay que centrarse en el maltratador, en asilarlo. No en esconder a la mujer", dice esta mujer víctima del maltrato machista. Susana, como las más de 31.000 mujeres víctimas de la violencia machista, piden cambios en los sistemas de protección. "Ojalá hubiera buenos procesos de recuperación para ellos, no solo por las que ya somos víctimas si no por las nuevas, su nueva pareja, o la hermana, o la madre o la hija...", concluye Susana, que lo único que quiere es dejar de mirar atrás.
A esto exactamente, se refería el Ministerio del Interior, este miércoles en ruda de prensa. Están ultimando la fórmula para alertar a mujeres que conviven con maltratadores reincidentes del riesgo que sufren, con el objetivo de poner el foco en estos agresores y evitar nuevos asesinatos machistas. Es una de las medidas que estudia con la Fiscalía General del Estado (FGE) desde hace meses y que Interior quiere tener listas lo antes posible. De hecho, ya cuenta con unas directrices emitidas por el Ministerio Fiscal para articular el encaje legal y no vulnerar los derechos fundamentales de los agresores.
Según Interior, en 2019 se implantaron nuevos métodos de valoración como cuestionarios y algoritmos que amplían la capacidad predictiva de riesgo de las víctimas y de sus hijos al tiempo que se ha puesto en marcha con buenos resultados el llamado 'protocolo cero' que habilita la acción policial aunque no haya ninguna denuncia expresa.