Era un 4 de diciembre de 1977. En la familia García Caparrós todo hacía entender que iba a ser una jornada más, excepto por un motivo: ese día el hermano mayor, Manuel José, iba a acudir junto a sus compañeros sindicalistas a una manifestación para reivindicar la autonomía de Andalucía, animado en gran parte por su madre y sus hermanas.

Manuel José tenía 19 años en aquel momento. Amante del fútbol, trabajaba en la fábrica de Cervezas Victoria y era militante de Comisiones Obreras. Ese día, hace ahora 45 años, era el día por el que tanto habían luchado. Más de dos millones de andaluces, repartidos por toda Europa, salían a la calle en defensa de su bandera blanca y verde, creada por el ideólogo Blas Infante.

"Era un muchacho lleno de vida y con muchas ganas de vivir. Aquel día salió a lucir la bandera andaluza y a él le tocó no volver a su casa. Todavía estamos esperando a que vuelva a su casa y no vamos a parar hasta que se haga justicia con mi hermano y se reconozca que es un muerto de primera", recuerda en una entrevista con Niusdiario su hermana Purificación García Caparrós.

La mala fortuna y el ambiente revuelto que se creó a raíz de que otro joven trepara por la fachada de la Diputación de Málaga para clavar la Arbonaida andaluza hizo que aquel día acabara en tragedia para la familia García Caparrós. Una bala perdida disparada desde un fusil de la Policía Armada impactaba sobre el cuerpo del joven malagueño y acababa con su vida en la esquina del edificio situado en la Alameda Colón de Málaga capital.

"Poco pasó para lo que podía haber pasado", asegura Puri, quien reconoce que ese disparo "no era para mi hermano; era para cualquier malagueño que estuvo aquel día en la manifestación", por lo que acusa al autor de ser "un terrorista". "Mató sin causa aparente y por la espalda. Fue un asesinato de estado", asevera.

Un crimen que aun está por resolver ya que nunca se identificó al culpable -al parecer, un cabo al que trasladaron de destino tras la muerte de Manuel José-. La familia tampoco pudo acceder a todos los datos de la investigación y ha denunciado en múltiples ocasiones las "irregularidades" en torno a su muerte.

"Un ATS vino a casa sobre las 5 y media de la tarde. Nos dijo que Manuel había tenido un accidente de coche, que estaba muy grave. Todo era mentira. A Manuel lo habían matado y no quisieron dejarnos investigar quién había sido", lamenta su hermana, quien recuerda que uno de los documentos fundamentales para resolver este crimen es el expediente del Ministerio de la Gobernación redactado días después del asesinato, pero que es "secreto".

Han pasado 45 años, pero el nombre de Manuel José García Caparrós sigue muy presente. Una placa en el lugar en el que lo asesinaron lo recuerda desde 2002. También la Diputación de Málaga lo reconoció como Hijo Predilecto de la ciudad. Y este 28 de noviembre, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, se reúne con la familia de este joven que "no tenía que estar muerto".

De hecho, sus hermanas siguen haciendo visible año tras año la injusticia que se cometió con el mayor de los García Caparrós y siguen reivindicando que "la desclasificación de la documentación de la Comisión de Encuesta de 1978".

"Ya en su momento, Susana Díaz asumió, como presidenta de Andalucía, la reivindicación que chocó con el entonces Gobierno central de Mariano Rajoy. Hoy curiosamente con el Gobierno de Pedro Sánchez no hemos tenido ninguna respuesta y además han subido a 50 años el tiempo de desclasificación", indica Puri.

Y todo ello a pesar de que ya en 2020 los ministros Pablo Iglesias y Alberto Garzón ya les reconocieron a Purificación, Francisca y Dolores que la nueva Ley de Memoria Democrática ampara casos como el de su hermano.

Ellas siguen pidiendo que se le considere "víctima de terrorismo" y que, a pesar de que no van a encontrar nunca al culpable de su muerte, que al menos no se olvide a este joven alegre y con la inquietud política propia de la juventud cuyos restos descansan hoy en un lugar destacado del Jardín del Recuerdo del cementerio de Málaga. "No nos sirve de consuelo", concluye Puri.

Lo que está claro es que Manuel José ha quedado en la memoria de todos los andaluces como un símbolo de la lucha del pueblo andaluz por su autonomía y un ejemplo de la represión que el Estado ejercía sobre los ciudadanos en plena Transición española. "Su asesino ha vivido en una democracia plena gracias a la muerte de mi hermano".