Antonio Liñán, el "Spielberg" de las Tres Mil Viviendas que rueda películas con sus vecinos
Gruista y pintor de brocha gorda, en su tiempo libre Antonio se dedica a grabar películas en su barrio
Los actores son casi todos vecinos de las Tres Mil Viviendas que participan voluntariamente en los rodajes
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Antonio Liñán llegó a las Tres Mil Viviendas hace ya más de 40 años. Y allí sigue viviendo con su familia en el barrio de Las Vegas (Sevilla), uno de los más problemáticos de todo el Polígono Sur. "Nunca lo he visto evolucionar", se lamenta, "siempre lo vi empeorar". Trabajador de la construcción, gruista durante ocho años ahora se dedica a pintar fachadas... pero cada vez que puede saca una cámara.
"Siempre me ha gustado el cine, sobre todo la ciencia ficción", confiesa Antonio, que no se ha perdido ni una sola de las películas de Star Trek. Sin embargo, cuando se trata de grabar prefiere enfocar la realidad más cercana. "Yo grabo lo que existe", dice el director que rueda historias basadas en su propio barrio. "Hay escenas que yo no he vivido, las han vivido amigos míos", pero luego cambia algunos detalles para que nadie puede identificar a sus verdaderos protagonistas.
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A sus 56 años, él mismo se encarga de escribir los guiones y luego los reparte entre los actores, todos amateurs y casi todos vecinos de las Tres Mil Viviendas. "Son chavales jóvenes del barrio y van a lo suyo", confiesa Antonio, "yo les pongo un guion y te dicen que se lo van a leer". A la hora de rodar la mayoría no se sabe sus frases y buena parte de la película termina improvisándose.
Otras veces los actores les sorprenden llegando al rodaje con el pelo de otro color y tienen que aplazar la escena hasta que su cabello vuelve a estar como en el resto de las grabaciones. "Es muy difícil", dice Antonio, "hay que tener un poquito de paciencia". De hecho, su última película, "Deja lo malo y coge lo bueno", tardó en grabarla más de un año.
Filmografía
Menos tiempo necesitó para rodar con su hijo un cortometraje de terror de ocho minutos. "Lo grabamos en tres días durante la pandemia", dice Antonio. Para el rodaje usó las dos cámaras con las que suele trabajar. "Una me la compré yo", la otra es exactamente igual y se la regaló su hija porque no sabía que ya tenía una.
Inmigración, drogas, armas, mafias, detenciones... Las historias de Antonio son duras, pero siempre van buscando un mensaje positivo. "No es para animar a los jóvenes a hacer lo mismo, sino para que se den cuenta". Son historias de jóvenes que luchan por no dejarse atrapar por ese mundo de delincuencia... o atrapados por él en busca de una salida. "Lo que es la vida", resume su director.
Ahora acaba de rodar "Coge lo bueno y deja lo malo 2". La cinta cuenta la historia del hermano del protagonista de la primera parte. Se estrenará el próximo 3 de diciembre en la Factoría Cultural de Sevilla que hay en el barrio. "Me hace mucha ilusión que la gente la vea... pero más la tercera", dice sobre su próximo proyecto, "esa será más potente".
Sin más presupuesto que su pasión por el cine y el amor a su barrio, la filmografía de Antonio "el Nene", como le llaman sus amigos, crece poco a poco en los huecos que tiene entre brochazo y brochazo pintando fachadas por Sevilla... Un hobby que los vecinos le agradecen, no solo por las películas que graba, sino por la historia de la que él mismo es protagonista: la de un buen hombre que rodaba por su barrio.