El Tiny Dog Hotel cinco estrellas es una guardería y residencia de lujo para perros situada en Marbella, Málaga. Nada más entrar aquí, se palpa en el ambiente, el amor que le tienen a los peludos, José Antonio Canales y su mujer Antoinette, quienes montaron este negocio en 2007. Ya han pasado cientos de perros por sus instalaciones donde ofrecen pienso de máxima calidad, baños con aromaterapia, paseos por la playa, sesión de Reiki y, lo más importante, mucho cariño.
Él, holandés de origen peruano, y ella, holandesa de nacimiento, decidieron vender su empresa y comenzar una nueva aventura en Málaga. El destino ya lo conocían de veranear algunos años. Les surgió la idea cuando buscaron un lugar para dejar a su perro Pancho, y no lo encontraron. Aquí inventaron el hotel de lujo para perros pequeños: hasta 8 kilos y 30 centímetros de alto.
Acondicionaron la casa y los jardines, cerraron una terraza para cederles un espacio dedicado en exclusiva a ellos e instalaron cámaras para tenerlos vigilados. “Cada perrito tiene su espacio, mini suite con vistas al jardín”, cuenta a NIUS Jose Antonio Canales. Actualmente atienden a unos 20 animales al mes durante el periodo invernal y, en verano, unos 40.
Tienen clientes de todo tipo, los que lo dejan una mañana o un día porque no tienen demasiado tiempo para atenderlos y hasta los que utilizan el servicio de larga distancia. “Algunos se han quedado hasta dos años con nosotros porque sus dueños han estado en el extranjero por motivos laborales”, explica.
Pasar un día en el Tiny Dog Hotel es como estar en un resort de lujo. La jornada arranca con el pet taxi, un coche que recoge y devuelve al perro a su hogar. Nada más llegar, dan un paseo por la playa. De vuelta al hotel, descansan en el jardín en verano y en el patio cubierto con estufas en invierno, siempre bajo la atenta mirada de sus cuidadoras. Allí tienen cómodos sofás y originales camas chill-out en forma de huevo. También cuentan con una cinta de correr, por si la climatología adversa impide el paseo matutino o alguno de los perros está especialmente nervioso.
A la hora de comer, cada uno lo hace en su mini suite, todas con una pizarra con el nombre: "Comen ahí porque queremos estar seguros de que se alimentan bien". Luego una siesta, juegos en el jardín o aquagym en la piscina en verano. Mientras tanto, Antoinette les hace fotos y se las envía a los dueños.
El cuidado diario también incluye limpieza de ojos y cepillado. Y para quien lo solicite, está el servicio de spa: un baño de espuma con ozono, aromaterapia y un champú específico para cada tipo de pelo. De ahí pasan a la plataforma de peluquería, donde les secan y les peinan.
Para los recién llegados es una experiencia nueva y algunos se ponen nerviosos al encontrarse en un lugar extraño sin sus dueños. Por ello Canales se sienta con ellos en el jardín y les hace un tratamiento de reiki. "Lo aprendí hace 20 años y lo utilizo cuando los perros están estresados. Les ayuda a superar sus temores".
Al llegar la noche, cada uno va a su mini suite, en la que le esperan su cama, sus juguetes y su bebedero. O de vuelta a casa en el pet taxi. Pasar una noche en el hotel cuesta 23,50 euros y el servicio de guardería 19,50 todo el día y 11,75 media jornada. El precio del baño ronda los 43 euros. Si quiere el servicio de spa, actualmente hay una oferta: “Recogida y vuelta a casa, spa y corte de pelo por unos 50 euros”, señala Canales, lo que en otro momento valdría unos 80 euros.
"El perfil de gente que trae a su perro es de clase media o media alta, pero lo que les diferencia es que quieren a su perro como si fuera su hijo y buscan lo mejor para él. Y lo mismo que hay quien se gasta el dinero en otro tipo de caprichos, otras personas lo invierten en su mascota", señala Canales. Lo que aquí garantizan es que los animales están cuidados con "amor y cariño", como a ellos les hubiera gustado que cuidaran de su Pancho cuando querían ir de vacaciones.