Es relativamente habitual unir las nuevas tecnologías con posibles efectos nocivos. Al fin y al cabo, por un lado siempre hay cierta resistencia al cambio, y hay quien busca las excusas más inverosímiles para no abrazar el progreso. Por otra parte, también es verdad que en ocasiones el proceso de investigación de las repercusiones del uso de ciertas tecnologías o avances lleva más tiempo, o tiene consecuencias inesperadas.
Un buen ejemplo de esto es la telefonía móvil, ya que se ha unido de manera indefectible su uso a problemas de salud tales como el cáncer o la epilepsia. Hoy vamos a profundizar sobre este tema candente, del que ya existen algunas respuestas, pero todavía encontramos diversos interrogantes.
Según diversos estudios, los teléfonos móviles afectan a nuestra salud de maneras muy diferentes. Estos son los posibles peligros del uso de nuestro teléfonos celulares.
La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que afecta a 10 de cada 1000 personas según la Organización Mundial de la Salud. Su incidencia es mayor en menores de dos años, y en mayores de 60, pero toda la población es susceptible de desarrollarla durante algún momento de su vida. Esta enfermedad se caracteriza por convulsiones recurrentes de gran fuerza y, puede venir acompañado de otros tipos de trastorno, como ansiedad, depresión, déficit de atención y más.
Esta enfermedad no tiene un causa concreta de su aparición, y en casi la mitad de los casos puede producirse por factores como traumatismos, infecciones, causas genéticas, enfermedades infecciosas como la malaria… Incluso es posible que aparezca por causas metabólicas o inmunitarias. Sin embargo, respecto al tema que estamos tratando, el de la exposición a las diferentes pantallas, y entre ellas las de los teléfonos móviles, no hay consenso. Es cierto que hay estudios que concluyen que existe una relación, pero se trata de un aspecto que todavía es sujeto de debate.
Bien es cierto que la comunidad médica tiene más o menos claros una serie de posibles efectos de usar este dispositivo en pacientes con crisis epilépticas. El primer aspecto a tener en cuenta son las radiaciones electromagnéticas que emiten estos dispositivos, que según ciertos estudios podrían desencadenar crisis epilépticas, pero todavía no se ha llegado a conclusiones sólidas. Los pacientes con epilepsia que sean fotosensibles pueden estar expuestos a patrones de luces y colores que tengan efectos sobre ellos, aunque el riesgo es mínimo, ya que estos dispositivos cumplen ciertos estándares de seguridad en ese sentido. Finalmente, una tercera forma en que los móviles y la epilepsia pueden interactuar es con la privación de sueño y el estrés causado por la luz azul, que podría desembocar de nuevo en una crisis.
Todavía queda mucho por investigar y descubrir sobre esta relación y sobre la epilepsia misma, por lo que conviene permanecer atentos a los avances y estudios pertinentes para conocer al detalle los riesgos del uso de los dispositivos con pantalla azul, como los teléfonos móviles.