Uno de los principales motivos de discusión entre padres e hijos es el uso excesivo del teléfono móvil. Los adolescentes se pasan el tiempo, en casa o en el instituto, día o noche, pegados a las pantallas, y ese abuso del móvil y de internet está detrás del 40% de los conflictos familiares.
El móvil es el enemigo número uno de las relaciones familiares y es el motivo del 40 % de las discusiones. El 20% de los adolescentes son adictos y este porcentaje se dispara al 34% en los adolescentes entre los 15 y los 17 años. Desde que se despiertan por la mañana hasta que se van a dormir por la noche están pendientes de lo que sucede a través de las pantallas. Cerca del 40% se conecta pasada la medianoche y el 9% pasa cinco horas diarias colgado del teléfono. Además, uno de cada cuatro reconoce que se ha citado con desconocidos con los que ha conectado en redes.
Un estudio realizado conjuntamente por investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo pone de manifiesto que un uso compulsivo de los teléfonos móviles no solo no mejora nuestras relaciones sociales, sino que podría incluso poner en peligro algunas de ellas.