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Esperanza Calvo en un campo de refugiados de Grecia vetado a las cámaras: el choque entre inmigración y populismo

A unos días para las elecciones europeas, Carlos Franganillo y el equipo de Informativos Telecinco hacen un repaso de la formación de Europa y los principales retos a los que se enfrenta en una época convulsa

En los últimos años, en la última década, el populismo se ha ido fortaleciendo. A los dos lados del Atlántico, también en prácticamente todos los países de la Unión, y va a ser un factor importante en estas elecciones. ¿Hasta dónde llega el ascenso de la derecha radical? ¿Podrían llegar a ocupar una cuarta parte de la Eurocámara?

Hay muchos factores, pero sin duda la inmigración juega un papel importante en ese apoyo a grupos nacionalistas y extremistas. Y la presión migratoria no deja de crecer. 2023 fue el segundo año con más llegadas irregulares a España, 56.000, la mayor parte a las Islas Canarias. Y algo similar está pasando en toda Europa. El año pasado hubo 380.000 llegadas irregulares, récord desde 2016 y un 17% más que en el año anterior.

Desde Grecia, Esperanza Calvo ha estado en la isla de Lesbos donde la presión migratoria se nota muy claramente porque en algunos puntos de la isla Turquía está a solo 14 km, es realmente fácil cruzar. El 80% de las personas que están llegando en estos momentos proceden sobre todo de Afganistán y de Siria, son refugiados solicitantes de asilo, pero aún así la Unión Europea y Grecia están intentando taponar allí sus llegadas.

Todas las personas que llegan son inmediatamente puestas en campos de refugiados. Uno de ellos, el más grande de Europa está en la isla de Lesbos, se llama Karatepe y tiene una capacidad para 8.000 personas. Allí están sometidos a unas duras condiciones de vida y también de semilibertad.

La miseria en el campo de refugiados más grande de Europa, Karatepe

El mayor campo de refugiados de la Unión Europea es un territorio vetado a las cámaras. El gobierno griego no facilita el acceso a estos campos, pero eso no impide que las ONG documenten todo lo que ocurre en su interior y lo suban a las redes sociales alojadas fuera de Grecia para evitar represalias. Varias cuentas en Instagram enseñan la dura realidad del campo. Lavabos comunitarios en pésimas condiciones y barracones donde el hacinamiento provoca la propagación de enfermedades.

Filip Marijnissen, de Médicos Sin Fronteras, explica que “en los campos se da la situación, de que la sarna se vuelve endémica”

Aquellos trabajadores de Ong’s que han podido entrar, salen impactados como cuenta Christina Junkermann de ONG Stiftung: “La imagen de niños jugando en medio de la suciedad, no creí que fuera posible en Europa”.

Tanto los niños como los adultos solo reciben una comida al día por parte de las autoridades griegas. No pasan hambre gracias al trabajo de la ONG vasca Zaporeak: “Si esto lo tuviéramos en la puerta de casa, estaríamos horrorizados.”.

Además, el gobierno griego no alimenta a quienes han sufrido el rechazo de su solicitud de asilo. “Están atrapados. No pueden salir ni de la isla, pero tampoco les sale la comida”, cuenta un voluntario.

Pero Karatepe está demasiado cerca de la capital, así que el gobierno griego ya construye otro campo a 40 kilómetros de allí, en una remota zona forestal. El nuevo campo se llama Bastria, con capacidad para 5.000 personas. La Comisión Europea financia el 75% el proyecto y comenzará a funcionar el año que viene, justo antes de que entre en vigor el nuevo pacto migratorio.

“El pacto dice que después de haber cruzado este mar y después de haber llegado hasta aquí y estar en este campo que claramente está en Grecia, tú aún no has llegado a la Unión Europea” explica Isa Krischkefrom de ‘Border Violence Monitoring Network.

Un modelo que 15 estados miembros quieren externalizar a terceros países.

En 2026 entrará en vigor el pacto migratorio

Un momento clave es 2015, llegada masiva de refugiados que huyen de la guerra de Siria, eso genera una gran crisis en la Unión por el reparto de inmigrantes y desde entonces Bruselas ha endurecido el modelo.

El pacto migratorio ya está aprobado, va a entrar en vigor en 2026 y va a restringir mucho más el número de llegadas, además también permite la externalización del modelo de centros como el de Lesbos a países como Turquía o Túnez, donde no están garantizados los derechos humanos.

Devoluciones en caliente

Hoy en día, en aguas de la Unión Europea, en Grecia, hay cientos de casos documentados de devoluciones en caliente de vídeos grabados por los propios migrantes, donde se ve a los guardacostas griegos rompiendo el motor de sur zodiacs y dejándolos a la deriva.

Las playas de Lesbos están llenas de ropa infantil, también de sandalias y zapatos de números muy pequeños, pero lo que más impresiona es encontrar chalecos que son los que les venden los traficantes de personas en Turquía, chalecos de juguete donde se lee claramente que no protegen de ahogamientos.

Cruzar los 15 kilómetros que separan Turquía de las costas griegas no es el único desafío al que se enfrentan las personas migrantes, también a las devoluciones en caliente de la Guardia Costera Griega.

Zainab y sus cuatro hijos sufrieron una devolución en caliente durante su primer intento de llegar a Grecia: “Fue el peor momento. Se acercaron a nuestro bote y nos dijeron que nos quitaban los móviles, los bolsos. Algunos los tiraron al agua. Después nos dejaron allí.” Fueron devueltos a Turquía, pero lo han vuelto a intentar y esta vez lo han conseguido. Volver a Afganistán no es una opción para ellos.

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