Carme Chaparro atraviesa el espejo de una mujer, salta al otro lado de lo que se ve brillando en su superficie para conocer a la adolescente que dejó su Argentina natal y se lanzó a conquistar un futuro que solo existía en sus sueños, a la modelo que ha posado para los mejores fotógrafos, a la compañera que escucha, crea, cuida y da juego, a la profesional que camina entre cascotes y que capitanea una gran familia argentina: ella es Carla Pereyra.
Carla es conocida principalmente por ser la mujer del entrenador de fútbol Diego Pablo Simeone, pero esta argentina es mucho más que eso. Junto a Carme, Carla nos ha mostrado cómo es su día a día en el proyecto de reforma de casas en el que se encuentra inmersa y cómo es para ella estar afincada en el Madrid que siempre soñó.
Ahora Carla Pereyra es una mujer empresaria y realizada que compagina a la perfección su vida personal con sus variados proyectos profesionales, pero los orígenes de Carla nada tienen que ver con la vida de flashes y focos que ahora vive.
Carla se crio en un barrio obrero de Paraná, su ciudad natal, y ya desde muy joven supo que su lugar estaba fuera de allí: “Comencé en el modelaje con 17 años y me fui sola a Milán gracias a una oportunidad que me dieron, fue una etapa dura porque me rechazaron muchas veces, pero todo aquello me hizo superarme y son experiencias de vida”.
Carla conoció a Diego Pablo Simeone en un restaurante en Madrid: “Yo fui al servicio y cuando salí él estaba ahí, claro que yo sabía quién era, le felicité por su trabajo y entonces él me dijo que estaba esperándome a mí, empezamos a quedar y hasta hoy”.
Pese a que el trabajo de Simeone como entrenador del Atlético de Madrid le exige gran parte de su tiempo, lo cierto es que el Cholo es todo un padrazo y cada vez que puede ejerce de padre: “Cuando llega damos la cena juntos a las niñas y las bañamos, dentro de lo que podemos tenemos una vida normal”.